El culebrón del Real Oviedo

Artículo que dedico a la memoria del periodista Ricardo Vázquez-Prada, uno de mis maestros, que dominaba el mundo del fútbol y quiso al Real Oviedo como pocos he conocido. De vivir él esto hoy no estaría pasando.

Lo que está pasando con el Real Oviedo, histórico club de fútbol con más de 85 años de existencia y una afición a prueba de bomba, y de tomaduras de pelo, como ahora ocurre, es un culebrón sorprendente y me atrevería a decir que casi increíble. Tras no haber logrado el ansiado ascenso a segunda A y otra temporada más tener que recomponer prácticamente de arriba a abajo el equipo la celebración de una junta general de accionista con carácter extraordinario provocó una explosión cuyas consecuencias a un mes vista de la misma son impredecibles. El concejal de Cultura y Deportes del ayuntamiento de Oviedo Jorge Menéndez Vallina se personó por sorpresa llevando la representación de las acciones del grupo CARSO quien hace un año se convirtió en accionista de referencia al soltar de su bolsillo dos millones de euros la persona más rica del mundo,el mexicano Carlos Slim. El segundo accionista de referencia, el ayuntamiento, no sabía nada y el alcalde envió para representar las acciones en poder del municipio al vice alcalde Jaime Reinares quien se tropezó allí, en el auditorio, con su compañero cuya intención era la de comunicar al consejo de administración y a los presentes en la asamblea que el grupo CARSO apoyaba a Toni Fidalgo y al resto del consejo -Pedro Zuazua ya había sido sacrificado-, pero éste, sorpresivamente, anuncia que es una falta de confianza y dimite abriendo la crisis en la que se encuentra el club. Al poco el periodista avilesino, buen tipo donde los haya, conocedor del mundo futbolístico, pero muy dubitativo a la hora de tomar decisiones, empieza a recular con el pretexto de que sí se va ahora el club quedará paralizado en unos momentos en que hay que confeccionar el nuevo equipo, una vez más sobre la base de deshechos de tienta de clubes lejanos. El último, un portugués que viene de Turquía y habla sueco. Anda ya.

A todo esto el alcalde, cabreado, le quita lo de deportes a Jorge Menéndez Vallina al que en el grupo municipal popular se le considera muerto municipal y políticamente hablando. Al otro lado del Atlántico el yerno del hombre más rico del mundo, Arturo Elías, habla con los periodista locales desde México por videoconferencia manifestando que de poner más euros, o dólares, nada de nada, y que no van a interferir en la dirección del club. El alcalde, salvo unas frases de compromiso, no parece haber tomado por el momento decisiones tendentes a salvar la situación y, como no podía ser de otra manera, comienzan a surgir rumores sobre aspirantes a la presidencia, todos ellos sin aportar un euro, por supuesto. Y las manos invisibles que manejan los medios de comunicación en esta Vetusta de nuestros amores hacen que hoy aparezca un asturiano en Madrid, Manuel Alvarez, presidente de un modesto club, el Canillas, en el que el olvidado Mohuriño tenia jugando de portero a hijo. Un salvador más que se ofrece al Real Oviedo amenazando traer a su mano derecha en el Canilllas, el señor López, como si aquí no tuviéramos bastantes expertos.

La verdad es que la sociedad ovetense y oviedista está asistiendo atónita a este culebrón que puede llevar a que los mexicanos, un tanto escamados, hagan mutis por el foro, y habremos perdido la oportunidad del siglo, y el equipo entre de nuevo en una etapa de desestabilización puesto que el todavía  presidente Toni Fidalgo -ni que estuviera pegado al sillón con pegamento y medio- empieza a admitir un desfase de 500.000 euros. No olvidemos que el club debe más de 14 millones de euros y ya no puede hacerse el sueco con la Agencia Tributaria ni con la Seguridad Social. Tras cuatro temporadas en segunda B el Real Oviedo tiene una estructura de equipo de primera división, marketing internacional incluído, y más bien debería fijarse en la organización y gastos de sus vecinos del Marino de Luanco o el Caudal de Mieres, por citar. De las vaguedades con buena intención que hoy dice en los periódicos el presidente del Canillas hay una frase que comparto: “El proyecto del Real Oviedo debe ser de cantera más que de cartera”. Contar, como insinúa Manuel Alvarez, con la colaboración del abogado y economista Pablo García Linera, no estaría mal, me consta que tiene buenos contactos con el grupo CARSO, como el concejal caído en desgracia, pero tengo da la sensación de que no deja de ser un globo sonda su hipotética presencia en la sociedad del Real Oviedo.

En fin, llegados a este punto, creo que el balón sobre el nuevo césped del Carlos Tartiere, está en los pies del alcalde que aunque lo suyo no es practicar deporte en este asunto tiene una responsabilidad grande y delicada como máximo responsable del municipio y como accionista del club. Seguro que el bueno de Agustín Iglesias Caunedo no nos fallará.

Apenas terminado de escribir este artículo me llega la noticia de que Toni Fidalgo de nuevo dimite como presidente del Real Oviedo. ¿Será la definitiva?.



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