Celebró junta general de accionistas Duro Felguera con unos resultados referidos al año 2010 como los mejores de su historia, pero en ella su presidente el ingeniero superior de minas Juan Carlos Torres Inclán anunció su marcha siendo sustituido por el consejero delegado Angel Antonio del Valle, yerno del principal accionista de la compañía, el empresario asturiano Gonzalo Arrojo. Angel Antonio del Valle continuará asimismo como consejero delegado, habiendo cesado también  los independientes Marcos Antuña, alto cargo de HC, y el profesor de la Universidad de León Aguera Sirgo. No se aún los efectos que la noticia ha tenido en las acciones de Duro, la única compañía asturiana, junto a GAM, que cotiza en bolsa. Aunque no soy accionista de Duro Felguera es una empresa a la que le tenga un gran cariño y es además con sus 2.500 trabajadores una compañía emblemática de nuestra comunidad autónoma que pasea nuestra tecnología bajo estandarte asturiano por medio mundo. Respecto a nuevos consejeros el grupo Vegasol de José Antonio Aguilera aumenta uno y el grupo de Gonzalo Arrojo, otro

Otro punto que se aprobó hoy en la junta general de accionistas -que mejor lugar que hacerlo en el hotel de la Reconquista- fue el de trasladar la sede social de la empresa de Oviedo a Gijón por lo que la de hoy ha sido la última junta general de accionistas que se celebra en la capital del Principado. ¿Dirá algo el alcalde Gabino de Lorenzo o el jefe de la oposición Arturo González González de Mesa o continuarán jugando a tuya, mía, cabecina y gol?.

El hasta ahora presidente de Duro Felguera, Juan Carlos Torres Inclán, natural de la ovetense localidad de San Claudio, lleva 21 años en la compañía, 8 como presidente. Su sentido comercial, sus excelentes relaciones con la industria eléctrica y una gran capacidad de trabajo, además de formar un efectivo cuerpo de técnicos, lograron que la Duro remontara vuelo pasando de perder dinero en 2003 -unos 3 millones de euros- a ganar más de 100 el año pasado; sin embargo, de un tiempo para acá las fricciones entre presidente y consejero delegado llegaron a cansar a Torres Inclán quien ayer mismo tomó la decisión de irse. Ya se que en la empresa privada, como en cualquier otra organización de nuestro mundo mundial, donde manda patrón no manda marinero, pero al ser una empresa con más de 150 años de historia y que cotiza en bolsa estos sustos al accionista de a pie no están bien y a más de uno este mediodía en el hotel de La Reconquista se le atragantaron los bombones con los que la dirección obsequió a los asistentes.

Juan Carlos Torres Inclán, que tiene en la actualidad 61 años, queda en el mercado de altos ejecutivos en situación de ser fichado, vamos, como Cristiano Ronaldo pero libre de ataduras, y supongo que no tardará mucho en aparecer el Manchester de turno para incorporarlo a sus filas. Lamentablemente me temo que su nueva etapa profesional le lleve lejos de Asturias. Si así ocurre será una gran pérdida para nuestra comunidad empresarial.