Aunque el presidente del Principado Javier Fernández no es muy dado a viajar por el extranjero la necesidad de vender las excelencias -alguna tenemos- de Asturias por un mundo globalizado y casi sin fronteras hace que no tenga otro remedio que programar visitas al exterior, eso sí, siempre con la discreción que le caracteriza. Por tanto antes de agosto irá a Argelia -solo una hora en avión desde Madrid- para asistir a la inauguración del semillero para empresas con destino a formación que la Confederación Asturiana de la Construcción junto con Asprocón y la Fundación Laboral de la Construcción han instalado en la capital de dicho país, instalaciones que en principio acogerán a 18 constructoras asturianas, esperando que en breve lleguen a cuarenta, como un paso más a la decisiva colaboración que con empresarios argelinos la patronal asturiana ha iniciado hace un año, ofreciendo los servicios de formación, fundamentalmente, pero también de construcción de edificios, buscando nuevos nichos de mercado que el asturiano está hundido con 8.000 nuevas viviendas sin vender y con una caída, por tanto, en picado de las ventas en los dos últimos años. Javier Fernández que será presentado en la sociedad empresarial argelina por Serafín Abilio Martínez, el presidente de la Confederación Asturiana de la Construcción desde 1982 y para seguir, será recibido por los ministros de la vivienda y de industria.
Tras la visita a Argelia – las perspectivas son tan interesantes que más de un constructor ya está practicando el francés- Javier Fernández cruzará de nuevo el charco, esto es, el Atlántico, para realizar una visita oficial a Perú donde hay una interesante colonia asturiana e intereses empresariales de gente nuestra relacionados con la minería, construcción, etc. Se da la casualidad de que el actual embajador de España en Perú es un joven diplomático de Oviedo, Juan Carlos Sánchez Alonso, sobrino de la esposa del empresario asturiano Manuel Cosmen Adelaida. También se da la circunstancia de que el que fue primer ministro del Perú hasta hace años y medio, Oscar Valdés, militar y destacado empresario, tiene raíces en el Principado, emparentado como está con el hoy accionista mayoritario de DF (Duro Felguera) Gonzalo Arrojo al que estuvo visitando el pasado verano.
Entre tanto el jefe del ejecutivo asturiano continúa a la espera de ser recibido en La Moncloa por Mariano Rajoy de quien dicen las malas lenguas de la oposición que cada vez que alguien del Partido Popular de Asturias le cita nuestra autonomía mira para otro lado. Estos días pondrá la vista en Alicante ya que se inaugura el servicio de AVE entre Madrid y dicha capital. Que envidia nos da a los asturianos. Asturias se enfrenta a un verano sin promoción turística alguna que llevarse a la boca salvo la que voluntariamente podamos hacer a través de internet, como pregona el consejero Graciano Torre. Ayer estuve en Ribadesella -se echa de menos a la abuela real, Menchu Alvarez del Valle, descansando en Marbella- y la localidad aprovechando el buen sol lucía sus encantos que son muchos con algunos turistas saboreando los manjares regionales y el paseo por la ría. El Sella baja crecido mientras la organización del mítico descenso disminuye la cuantía destinada a los premios en metálico de los palistas ganadores. Precisamente mañana se reúne en Oviedo el jurado de los premios Dionisio de la Huerta, creo que en su quinta edición, premios promovidos por el empresario allerano residente en Barcelona Franco Rodríguez cuyo restaurante -La Pomarada- hace furor en el centro de la Ciudad Condal. A ver en quienes recaen.
