Soy leyenda

 

Rafael Nadal Parera. Un deportista de semejante calado merece que se le mencione con nombres y apellidos.

Y es que el balear lo ha vuelto a hacer. Tras estar un año entero parado, ha conseguido llegar a la final en  los ocho torneos que ha disputado, adjudicándose la victoria en seis de ellos, entre los que se encuentran tres Masters 1000: Indian Wells, Madrid y Roma. Ahí es nada.

 

Más allá de lo sucedido en torneos anteriores, lo vivido en Roma con el balear ha sido sencillamente sensacional. Sufrió lo indecible ante Gulbis y David Ferrer pero, a pesar de todo, sacó los partidos adelante. Ante el letón superó la barrera de los trece aces y los cuarenta winners de su rival, algo sólo al alcance a la mejor de las apuestas de tenis de la historia sobre tierra batida. Acumula en su palmarés siete títulos en Roland Garros, ocho en Montecarlo y Barcelona y siete en Roma. Nadie ha ganado más que él en ninguno de estos torneos.

 

Pero, palmarés a un lado, cabe destacar lo importante que es Rafa Nadal en todos los sentidos. Es el deportista en su máxima expresión. Talento, humildad, capacidad de trabajo y constancia son los valores de un jugador irrepetible. Ha conseguido adaptarse y modificar su juego en función de la superficie para imponerse en los cuatro Grand Slams. Esto denota su humildad ya que muchos jugadores no son capaces de modificar sus patrones por el simple ego de mantener su estilo o porque sencillamente no quieren. Nadal sabía que para ganar debía hacerlo y ya suma 11 Grand Slams en su palmarés.

 

Su capacidad de recuperación física y mental tras partidos de máxima exigencia me tiene ganado. En Roma, sin ir más lejos, no jugó un buen tenis ante Gulbis y Ferrer y aun así ganó pero, lo más sorprendente es que, tras pasar esas dos durísimas fases, pasó por encima a Berdych y a Federer, número seis y número dos del mundo, en las semifinales y en la final del torneo romano con relativa comodidad y la frescura de un juvenil. Sencillamente espectacular.

 

Es la combinación perfecta de talento, físico y mentalidad en cualquier deporte. Arrolla cuando juega bien y gana cuando juega mal. Eso está, sin duda, al alcance de muy pocas apuestas deportivas en la historia.

Esperemos que Rafa Nadal siga consiguiendo títulos y haciendo que las críticas hacia su juego resulten cada vez más mediocres. Pero, pase lo que pase en lo que le queda por delante al manacorí, Rafael Nadal es una auténtica leyenda del tenis y el mejor deportista español de todos los tiempos.  

 



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