Las mejores anécdotas de Francisco

Continúa lloviendo, tanto que ayer hasta el Calatrava se inundó. El complejo va camino de estar gafado. Doy una vuelta por las Salesas y me encuentro en la planta cero con que El Corte Inglés ha cerrado su histórica cafetería anunciando en un cartel “cambio de actividad”. A lo mejor abren una tienda de compra de oro o una clínica dental, que es lo que ahora está de moda en la ciudad. La hostelería pasa por un mal momento y hasta El Corte Inglés lo sufre. El otro día un ejecutivo de una multinacional asentada en Colombia y de nacionalidad brasileña me comentaba en su visita a Oviedo que lo de nuestra crisis era algo exagerado. “¿Por qué?” le pregunté. “Pues porque veo que vuestros coches no tienen abollones de chapa ni rayazos. Están impecables. Y también porque observo que los ciudadanos tiene unas dentaduras perfectas. Es síntoma de calidad de vida”. Puede ser, amigo, pero la procesión va por dentro. Otro conocido, empleado en una consejería, me comenta que está de baja por problemas cardiacos y que el cardiólogo de la sanidad pública le ha encontrado mucho mejor en su última consulta si bien decidió que se someta a la prueba de esfuerzo físico. Estupendo pero le han dado a mi amigo fecha para noviembre. Espero que llegue; nuestro estado del bienestar no es ya lo que era por mucho que Mariano Rajoy se empeñe en decir lo contrario.

 

Debo comentar dos libros recién salidos de la imprenta. “Asturias, minas de carbón y su entorno” que ha editado la Asociación “Asturias actual” que preside mi estimada asesora laboral Covi Carcedo -somática donde las haya- con textos de Manuel Gutierrez y excelentes fotos de varios chavales. Es un libro para la historia, camino que sigue a marcha forzadas nuestra minería. Su desaparición no la va a evitar ni el sucesor, o sucesora, de José Angel Fernández Villa en la secretaria general del SOMA. En estos momentos sus dirigentes debaten en Mieres quien será el elegido. Ha venido hasta Cándido Méndez mientras Alfredo Pérez Rubalcaba también está en Oviedo, hablando de lo divino, pero no de lo humano que es por qué los asturianos nos quedamos sin AVE, entre otras muchas cosas. Parece ser que los delegados debaten entre elegir a Concepción Alonso -el próximo presidente de los Estados Unidos será una mujer- o poner una gestora al frente del sindicato para en su momento escoger con más calma.

 

El otro libro al que quiero referirme es el que con la modestia habitual que le caracteriza acaba de editar Manuel Robles, mitad cura, mitad periodista, vicario parroquial de San Francisco de Asís en Oviedo. Es mi parroquia y por aquello de que Robles es además colega intenté por todos los medios que el Papa Francisco le nombrase obispo auxiliar de la diócesis asturiana, pero no hubo manera. Sin embargo, Manuel Robles, un buen cristiano, me consta, ha editado, como digo, un interesante libro con el título “Las mejoras anécdotas del Papa Francisco“.

 

Como buen amigo y colega que es de Luis María Ansón el cura periodista en cuestión sabe lo importante que es inmortalizar a los importantes ¿Y que mejor que al Papa, su jefe supremo?. No me resisto a transquibirles una de las anécdotas de Su Santidad recogida en el libro: “Uno de los primeros días de trabajo el Papa llegó a las oficinas de la secretaria de Estado, poco después de las ocho de la mañana. No había ningún monseñor ni ningún oficial, tan solo un bedel. Y estaban todas las luces encendidas. El Papa preguntó por qué y el bedel le contestó que siempre se había hecho así. Francisco respondió que con el dinero que se gastaba se podría pagar el sueldo de un sacerdote y fue apagando personalmente las luces innecesarias. El suceso circuló por la Curia vaticana como la pólvora y ahora sus miembros empiezan a darse cuenta de los derroches innecesarios y a evitarlos”. Amén.



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