El grito en el cielo

Además de la incomodidad que tiene esta temporada el ciudadano de a pié da también la impresión de que nuestra clase política no le va a la zaga, e incluso que el gobierno que preside Javier Fernández también pierde gas con la sensación de que se ve desbordado en varios frentes comenzando por lo que los socialistas, que yo comparto, ven como una absoluta falta de colaboración por parte del gobierno central que preside Mariano Rajoy.

La Junta General del Principado ha tenido que aplazar la votación de la ley sobre lo público a la espera de solucionar el futuro de su diputado escoba, el ex alcalde de Cudillero Francisco González “Quico” que mañana sabrá si se sienta o no en el banquillo del Audiencia por la primera de las causas judiciales que tiene en marcha. La derecha, PP y Foro, aprietan e IU no está tampoco cómoda con sus socios del PSOE. Incluso el único diputado de UPyD Ignacio Prendes, bien asesorado por sus siete asesores, no está tan proclive como antes al partido gobernante en Asturias. Incluso la consejera de Bienestar Social Esther Díaz, ex alcaldesa de Langreo, puede ser reprobada por sus actitudes, digámoslo sin embajes, prepotentes. Personalmente a mi esta abogada langreana, nacida profesionalmente a los pechos de la UGT, siempre me cayó bien pero desde que aterrizó a la sombra de la catedral la veo un poco pasada de revoluciones, a lo mejor porque no es lo mismo lidiar un ayuntamiento que 78, máxime cuando la grava escasea, ¿Me entienden, verdad?.

Menos mal que el gobierno del Principado ha reaccionado dando dos millones de euros para los programas de investigación a la Universidad de Oviedo que el rector Vicente Gotor puso el grito en el cielo amenazando incluso con irse. Graciano Torre, el consejero de Economía, salió como pudo al paso manifestando que lo de este dinero ya se lo habían comunicado a mediados de febrero. Estoy de acuerdo con Ignacio Prendes, la Universidad de Oviedo necesita un plan plurianual de financiación por parte del Principado. Me han contado que el mes pasado, cuando el Consejo Social aprobó las cuentas, la gerencia universitaria, que acaba de ser renovada por motivos no universitarios, presentó superávit. Tengo también la impresión de que el flamante presidente del Consejo Social, el comunicólogo Lalo Azcona, está un poco hasta las narices con este lío en el que se ha metido por su asturianismo, algo, la verdad, a lo que jamás renunció. Pero el problema no termina con los dos millones que a la universidad asturiana le ha soltado el gobierno autonómico. Varios edificios en los distintos campus necesitan urgentemente serias reparaciones -a ver si un día tenemos un susto- y la principal institución docente de Asturias no tiene fondos para afrontar las obras. A ver ahora que el rector Vicente Gotor ha sido nombrado miembro del consejo consultivo del Banco HerreroSabadell, lo que no habrá hecho gracia alguna a Manuel Menéndez, el presidente de Liberbank, consigue mejores condiciones bancarias para la institución que preside. La verdad es que el director de este banco para el noroeste de España, el ovetense Pablo Junceda, ve la yerba crecer y se está levantando con el mercado bancario. El caso es, en definitiva, que en estos momentos la Universidad de Oviedo es un ejemplo de la incapacidad de Asturias como comunidad autónoma. Al paso que vamos no nos salva ni exhibir el Santo Sudario.



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