El presidente de la Junta General del Principado Pedro Sanjurjo tiene la deferencia de invitarme mañana al acto institucional para celebrar el XXX aniversario de las primeras elecciones generales de nuestro parlamento. ¡Como pasa el tiempo!. Con una democracia consolidada pero con graves problemas ciudadanos como consecuencia de la crisis Asturias celebrará la citada efeméride sin grandonismo y con reflexión por parte de los grupos políticos que ocupan escaño en la Junta. Seguro que a la hora del citado acto institucional habrá música de viento por parte de manifestantes en la calle de Fruela, ante el palacio del parlamento asturiano. Desde 1982 a hoy estos han sido los asturianos que han tenido el privilegio de sentarse en el sillón presidencial de nuestras Cortes autonómicas. En la legislatura provisional fueron Agustín Antuña Alonso (UCD) y Eugenio Carbajal Martínez (PSOE); en la primera, Juan Ramón Zapico García (PSOE); en la segunda, Antonio Landeta y Alvarez-Valdés; en la tercera, Laura González (IU) y Eugenio Carbajal (PSOE); en la cuarta, Ovidio Sánchez Díaz (PP) y Faustino González Alcalde (PSOE); en la quinta, María Jesús Alvarez González (PSOE); en la sexta, María Jesús Alvarez González; en la séptima, María Jesús Alvarez González; en la octava, Fernando Goñi Merino y en la novena, Pedro Sanjurjo González.
Por sus 45 escaños han pasado políticos de uno y otro pelaje pero siempre con un asturianismo bien intencionado. El río de la vida fue conduciéndoles por distintos caminos. Algunos, como Agustín Antuña y Eugenio Carbajal ya han fallecido; otros, como Juan Ramón Zapico abandonaron la política. Zapico, probablemente desencantado, se dedicó a su profesión, la enseñanza, mientras el abogado Antonio Landeta, ¡Quien lo diría!, abandonó el Partido Popular para apuntarse al Foro Asturias de Francisco Alvarez-Cascos donde preside la comisión de conflictos. Laura González se dedica en al actualidad a ejercer de abuela y asesorar a su hija, la diputada Noemí Martín. Ovidio Sánchez se nos ha desterrado en Madrid aunque represente al PP de Asturias en el Congreso y Faustino González Alcalde, siempre guardo muy buen recuerdo de él, está jubilado felizmente en Gijón. La praviana María Jesús Alonso, hoy consejera de Agroganadería, presidió tres legislaturas. Fue discreta y trabajadora. Vamos, que alcanzó un notable. Tras ella, Fernando Goñi, actual mano derecha, como no podía ser de otra manera, de Mercedes Fernández, y finalmente Pedro Sanjurjo, el eterno concejel de Gijón que ha terminado descubriendo, y para bien, lo que significa estar a la sombra de la catedral metropolitana.
Ya que se cumplen treinta años de las primeras elecciones en la Junta General del Principado no estaría de más el abordar una reforma de nuestro estatuto de autonomía camino como vamos de convertir España en un Estado federal y, por tanto, el que la coja para él. ¿Quien iba a decir a los de nuestra generación, los de la posguerra, que una entidad bancaria como BANESTO sería hoy historia?. Absorbido por el Banco de Santander Emilio Botín ha certificado su muerte el pasado viernes. Desde lo de Mario Conde se veía venir pero BANESTO, ahí están los cronistas de la época, significó mucho para Asturias con familias importantes -Masaveu, Figaredo, Sitges, etc.- que a lo largo de décadas se sentaron en su consejo de administración. Claro que si nos hemos quedado sin BANESTO también nos estamos quedando sin caja de ahorros. Nuestra sociedad cada vez es más compleja y evoluciona a mayor velocidad. Sin el tradicional paraguas que el Estado como empresario supuso para el Principado en este momento no sabemos a ciencia cierta por donde tirar. Quizás el consejo de apóstoles sabios, con el ex rector Juan Vázquez al frente, que ha nombrado el jefe del Ejecutivo Javier Fernández para auscultar Asturias pueda, como en su día hizo Moisés con el Nilo, separar las aguas del Nora y aflorar industria y riqueza creando puestos de trabajo. A ver.