He meditado este fin de semana sobre el último paquete de medidas restrictivas que aprobó el pasado viernes el Consejo de Ministros. Con gran preocupación como ciudadano de a pie he llegado a al conclusión de que el gobierno que preside Mariano Rajoy ha perdido el norte. Solo bastaba con ver la rueda de prensa tras el consejo de ministros con Soraya Saenz Santamaría, Luis de Guindos y un balbuceante Cristobal Montoro. No se sabe que impuestos subirán, como se aplicarán las nuevas medidas y, además, es lo más grave, tirar la toalla con el paro reconociendo que no se puede bajar, más bien seguirá subiendo, hasta el 2016 en que rondará el 25 por ciento. ¿Aguantará el país?. Lo dudo con el consumo desplomándose y la desconfianza y desánimo entrando en la mayoría de los hogares.
Por supuesto que los recortes y el redimensionamiento del sector público continúa sin ser aplicados en la medida que demanda la aguda crisis que vive España. No hay reducción de ayuntamientos, supresión de diputaciones, recorte de salarios de políticos en sus poltronas… en fin, iré a la próxima manifestación si bien no tengo aún que nadie me pague la dieta como al bueno de Aníbal Vázquez, alcalde de Mieres, que para acudir a la manifestación minera en Madrid se la pagaron todos los ciudadanos. En 2015 habrá elecciones generales. Pues que el Partido Popular se vaya despidiendo de La Moncloa. El Partido Socialista tiene tiempo aún de remontar pero siempre y cuanto antes de fin de año resuelvan la cuestión del liderazgo que evidentemente no pasa por Alfredo Pérez Rubalcaba. En todo caso estoy de acuerdo con unas recientes declaraciones del único asturiano en la ejecutiva federal del PSOE, el ex alcalde de Lena Hugo Morán quien manifiesta que “Estamos asistiendo al fin del bipartidismo”. Sí, creo que está llegando la hora de partidos hasta ahora segundones, como Izquierda Unida o UPyD a nivel estatal o de partidos nacionalistas o regionalistas, caso del asturiano Foro. ¿ A donde nos conducirá esto?. Sin duda a un mayor federalismo, por lo menos, lo cual, en mi opinión, tiene sus peligros pero este es un tren que no hay ya quien lo pare.
A nivel asturiano, sí, contamos con estabilidad política como le gusta decir a Javier Fernández para poder apuntarse algún tanto a favor pero la autonomía presenta otras muchas carencias comenzando por el negro futuro para el carbón, el crecimiento del paro situado ya en 122.700 ciudadanos, la ausencia de promoción turística y la falta de una banca regional que apueste por esta tierra y su futuro, además de otros objetivos. He leído hoy un acertado artículo de mi colega José Luis Poyal en el que propugna la necesidad de ir cuanto antes a un gran pacto nacional para intentar sacar al país del atolladero en que se encuentra. Es lo lógico pero ese gesto tropieza con los intereses espurios de nuestros dirigentes. Si la Corona falla, si el gobierno y la oposición también, y no digamos determinadas autonomías, al final solo nos queda el pueblo y este, sabio y más preparado de lo que nuestros políticos creen, será el que al final ponga los huevos en la sartén. Aunque habrá que tener cuidado no nos pasemos de fritada.