Villa, un personaje clave

Estos del Foro con tanto cambio de sedes me hacen un lío. A ver si lo explico bien. La sede regional ha pasado de la calle General Elorza 75 a la cercana de Pepe Cosmen mientras Foro Oviedo dejó sus locales de la calle Uría para pasar a ocupar el local que tenía la dirección regional en la calle General Elorza 75. Pues a disfrutarlo. Escrito lo cual paso a comentar la noticia del día que es la dimisión de José Angel Fernández Villa como secretario general de l SOMA tras 35 años al frente del sindicato. Fernández Villa tiene 70 años y la salud muy deteriorada desde que hace años, en Rodiezmo, le cayó sobre la espalda una caja de botellas de sidra que le perjudicó gravemente la columna. Primero Constantino en el Sanatorio Adaro y luego el doctor Pedro Mata en Madrid le recompusieron pero ya nunca quedó bien. El último acto de fuerza del langreano fue este verano dando fuego a una barricada durante el conflicto minero, el primero probablemente en muchos años que perdieron los trabajadores. Ayer, en Mieres, ante los suyos, explicó su retirada, si bien dejando una puerta abierta al retorno si mejora en el futuro, y pidiendo huelga general en Asturias. Ya he escrito varias veces que hay dos personas a quienes los mineros deben mucho. Una en la época de la dictadura franquista, Noel Zapico, actual adjunto a la Procuradoría General del Principado por el Partido Popular, conseguidor cuando el sindicato vertical del Instituto de Silicosis, el estatuto del vigilante, la potenciación de HUNOSA, la compra del balneario de Ledesma por la mutualidad minera, etc., y otra Fernández Villa en democracia a través de la UGT y el PSOE. Aunque dimitido ya del SOMA el de Tuilla aún sigue con adjunto al secretario general de la FSA Javier Fernández a quien la noticia le cogió de sorpresa en Bruselas.

Lógicamente ni Villa ni el Soma ni CCOO lograron frenar la decadencia de la minería asturiana que se inició allá por 1972 cuando HUNOSA llegó a tener su plantilla más amplia, 28.500 trabajadores directos, pero con su actitud de defensa, en algunos casos numantina, del sector logró retrasar el cierre de pozos y conseguir que los mineros se fueran para casa aún jóvenes y en relativamente buenas condiciones además de traer a las cuencas mineras un montón de millones de euros a través de los llamados Fondos Mineros que, sin embargo, no han logrado reactivar las mismas registrando éstas en la actualidad más de un 50 por ciento de paro juvenil. Villa lo fue todo en la izquierda oficial de Asturias y si no hubiera tenido complejo obrerista hubiera llegado a ser presidente del Principado en vez de servírselo en bandeja a Pedro de Silva, Juan Luis Rodríguez Vigil o Antonio Trevín. La cuestión está ahora en quien será su sucesor al frente del SOMA. Si de mi dependiera elegiría a uno de sus lugartenientes, José Antonio Postigo, presidente del Montepío Minero. El problema está en que en junio hay elecciones en esta mutualidad y Postigo tiene que repetir al frente de la misma para acabar de consolidar esa gran obra que han puesto en marcha, el centro para la tercera edad en Felechosa (Aller) aunque la capacidad de gestión de Postigo hace que pueda llevar el SOMA y el Montepío sin despeinarse. Lógicamente al disminuir las plantillas de las empresas mineras tanto el SOMA como CCOO han perdido fuerza, delegados y horas sindicales. Los tiempos están cambiando y en el caso de Asturias no precisamente para bien. Con una clase empresarial autóctona pero endeble nos sustentamos en multinacionales que cada dos por tres amenazan con la deslocalización. Ahora uno de los personajes claves de  la democracia contemporánea en Asturias, José Angel Fernández Villa, se retira. Es de esperar que surjan nuevos líderes pero no lo tenemos fácil, no, en absoluto.



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