Ayer se iniciaron las fiestas patronales del Colegio Mayor San Gregorio y tuve el honor de ser el pregonero en presencia del Rector, de la directora y de un buen buen número de colegiales. Estas fueron mis palabras:
Es para mi un honor y una satisfacción haber sido designado para pronunciar a modo de pregón unas palabras con motivo de las fiestas patronales del Colegio Mayor San Gregorio, uno de los más antiguos de España, anterior, incluso, a la propia universidad, creado en torno a 1534 por don Fernando de Valdés Salas, el inquisidor que fundó también nuestra universidad.
Los colegios mayores son toda una institución en el ámbito universitario y por sus instalaciones han pasado, caso del que nos ocupa, distinguidos alumnos que tras cumplir su etapa de estudios han logrado labrarse un puesto en la sociedad manteniendo siempre, me consta, el aroma adquirido en su paso por un colegio universitario. En el caso del San Gregorio aquí tenemos destacados ejemplos a través de sus asociaciones de ex alumnos, ocurriéndoseme destacar el caso del profesor Marcial, un buen amigo que siempre me tiene a gala recordar su paso por este colegio en el que, seguro, cogió en años nada fáciles un indestructible espíritu universitario y una vocación para la docencia digna del mejor reconocimiento profesional y no lo digo solo porque haya sido destacado preceptor de mi colega, la hoy princesa de Asturias Letizia Ortíz. A Marcial, recien jubilado, solo le queda haber llegado a la alcaldía de Morcín aunque tiempo hay y en todo caso nos acompaña otro morciniego ilustre, José Antonio Martínez Allende, que si fue alcalde del vecino concejo.
Para vosotros universitarios el pasar por una universidad como la de Oviedo, a través del colegio mayor San Gregorio, os va a marcar impronta para toda la vida. Creo que es una manera de fortalecer el espíritu universitario y de saber valorar la convivencia con profesores y compañeros de manera no comparable en un sentido positivo a la clásica pensión o al piso de estudiantes. Tras unos años de cierta languidez la Universidad de Oviedo apuesta de nuevo por los colegios mayores. Con el San Gregorio a la cabeza se ha inaugurado hace poco la residencia de estudiantes en el campus de Mieres y si ninguno inesperado recorte aparece el también emblemático colegio mayor América será de nuevo inaugurado el próximo curso.
No corren buenos tiempos en nuestra sociedad y los vientos de la crisis afectan, como no podía ser de otra manera, a la universidad asturiana, una de las principales instituciones de nuestro Principado. Bien sabe de ello mi estimado rector. Estoy convencido de que en su momento, entonces era presidente de la autonomía mi buen amigo Antonio Trevín, no se hizo bien el traspaso de la financiación de nuestra universidad del Ministerio de Educación y Ciencia al Gobierno asturiano pero ello no tiene ya vuelta atras. Lo que deben saber nuestros políticos, nuestros dirigentes, es que hay que invertir en la universidad si no queremos perder el tren de la modernidad, del I + D, en definitiva, de la apuesta por una juventud, vosotros, que sois el futuro.
Vosotros, los estudiantes, debéis de ser conscientes de ello, del esfuerzo que supone estudiar hoy una carrera, no solo para vuestras familias sino para la sociedad en general. Y vuestro esfuerzo y tesón en el estudio contribuyé, nunca lo olvideis, a elevar el listón académico de la institución que nos ocupa.
La Universidad de Oviedo tiene prestigio y así deben de entenderlo los gobiernos, la oposición, las empresas, los sindicatos, la iglesia y hasta las entidades deportivas. No podemos los asturianos vivir de espaldas a la universidad, uno de nuestros principales motores de los que sois partícipes.
La milenaria Universidad de Oviedo viene año tras año sembrando la sociedad de destacados y cualificados profesionales. Hoy mismo ha saltado a la actualidad mundial un nuevo estudio del equipo del profesor López Otín sobre temas médicos; ayer me entero que un jóven matemático, natural de Mieres, y aquí licenciado, ha creado en Valladolid una industria de fabricación artesanal de automóviles deportivos con gran aceptación en el mercado internacional; otro ex alumno, en este caso de Gijón, acaba de ser nombrado responsable del manejo de los satelites Galileo de la Unión Europea y técnicos salidos de nuestras aulas a través de una empresa de Avilés han participado como principales constructores de las antenas del mayor centro astronómico del planeta que acaba de ponerse en marcha en el desierto de Atacama en Chile.
Tanto en la parte de las carreras técnicas como en las humanísticas el prestigio de la universidad asturiana es alto, de ahí que apoye los desvelos del rector y su equipo de gobierno para que en el gobierno del Principado y en el mundo empresarial privado principalmente esta institución tenga el apoyo y respaldo que se merece.
Para mi, con cincuenta años de ejerciente del periodismo en esta tierra que es la mía, la Universidad de Oviedo siempre ha ocupado y ocupará un lugar importante. En 1972, siendo rector José Caso y gerente, el primer en la historia de la institución, Jose Fernández Vega, se creó la primera oficina de prensa de la institución de la que me hice cargo. Estuve cuatro años con el profesor Caso, cuando de la Universidad de Oviedo dependían también los centros de León, un nudo que de no haberse desatado por la miopía de nuestros políticos hubiera sido el arranque de la autonomía Asturias/ León, lo que mejor nos hubiera ido a las dos partes, pero al final cada una tiró por su lado y así nos ha ido. Estuve luego los nueve años de mandato del rector Teodoro López-Cuesta y uno con Alberto Marcos Vallaure. Vi crecer y evolucionar –llegó a tener 44.000 alumnos- nuestra universidad pero en 1986 el periodismo me arrastró a otros retos profesionales; sin embargo siempre he llevado la institución en el corazón, en cuya facultad de Derecho estudié siendo practicamente un guaje. Por eso siento especial emoción y agradecimiento por haberme permtido pronunciar hoy estas palabras en el colegio mayor San Gregorio.
Buenas fiestas colegiales y amigos, que el espíritu de San Gregorio os acompañe. Apostar por la Universidad de Oviedo, apostar por Asturias. Nunca os arrepentireis.