Hoy se cumple el primer aniversario del fallecimiento del periodista José Vélez Abascal. El maestro de profesionales de la comunicación, entre los que me encuentro, falleció en vísperas de la festividad de San José -su santo- a los 81 años de edad, un día después de que pudiera conocer a su nieto -el primer hijo de su hija Eva- a través de fotografías en el móvil. No le dio tiempo a hacerlo en persona.
José Vélez Abascal ha sido un persona irrepetible en la historia contemporánea del periodismo asturiano. Su nombre quedará unido a colegas que han hecho precisamente eso, historia en el periodismo asturiano, como Ricardo Vázquez-Prada, Juan Ramón Pérez de las Clotas, José Daíz Jácome, Manuel Paredes, Julio Ges, Eduardo García Marqués, Francisco Carantoña, Paco Arias de Velasco, los hermanos Cepeda y muchos más. Recuerdo que dos días antes de que se sintiera mal, ingresando en la Residencia Sanitaria, comimos en unión del empresario Manolo Cosmen en el hotel Principado. Nada me hizo presagiar el rápido y sorpresivo desenlace pero así es la vida. José Vélez fue un autodidacta de la información, un excepcional fotógrafo y un trabajador infatigable. Por su retina, a través de los cientos de objetivos fotográficos que manejó, pasó la historia de Asturias de los últimos 60 años. Luchó siempre porque nuestra profesión estuviera dignificada en una sociedad que no siempre nos ve con buenos ojos y que en más de una ocasión tiende a utilizarnos en aras de intereses espurios a la misma.
Aunque no coincidimos en el mismo periódico -cuando llegué a Región él había sido fichado por La Nueva España- si tuvimos nuestro punto de encuentro primero como corresponsales de Europa Press en esta región y luego a través de Hoja del Lunes de la que ambos fuimos directores y de la Asociación de la Prensa de Oviedo. Cuando por avatares profesionales José Vélez quedo con una mano atrás y otra adelante su espíritu emprendedor hizo que pusiera en marcha un proyecto, La Hora de Asturias, que duró cerca de veinte años. Su formidable fondo de comercio por las relaciones que tenía y su sentdo periodístico de la actualidad hizo que esta publicación mensual se convirtiera en punto de referencia del acontecer asturiano.
A lo largo de nuestra dilatada vida periodística corrimos aventuras y realizamos reportajes que tuvieron repercusión mediática. Desde las jornadas de pesca de Manuel Fraga en el Cares, con polémica incluida, hasta la primera gitana monja de clausura en el convento de Cangas del Narcea. Recorrimos asimismo campos de fútbol incluida una temporada del Real Oviedo en segunda B, siendo Daniel García Yague presidente. Vélez, Aquilino Iglesias Cuesta, Ricardo Vázquez Prada, Julio Mendo, Julio Puente, quien conmigo aún está aquí para contarlo, éramos la corte de periodistas deportivos que seguíamos al club de nuestros amores por esos campos de Dios, incluído el Carlos Tartiere.
Insisto, José Vélez es una figura irrepetible en el periodismo asturiano. A estas alturas de mi ya dilatada vida profesional no se me olvidan sus consejos y recomendaciones. Siempre le tendré presente y hoy, en su primer aniversario, no podía ser menos. Un fuerte abrazo a su viuda Aurora y a sus hijas María, Eva y Elena. El amigo, el colega Pepe, siempre estará en mi corazón.
