El otro día hacía juegos con la metáfora  del combate político que ha venido  desarrollándose desde hace más de un año en Asturias. Eran vísperas del octavo asalto, que preveía también a favor de Cascos. Así ha sido, aunque sólo por puntos, puesto que el PP ha conseguido salvar malamente la alcaldía de Oviedo. Salvamento pírrico: el tiempo lo dirá.

Sigo sin entender las decisiones estratégicas durante todo este tiempo tanto de “Génova” como de sus supuestos acólitos de Oviedo. Desde el día en que el “no” presidente del PP asturiano se encontró con que su examigo Álvarez Cascos se negaba a manipular unas listas de candidatos que debían ser elegidos democráticamente, todo ha sido catastrófico error, desde “Génova” hasta Oviedo. ¿No atribuían precisamente a Cascos su falta de espíritu democrático?

Pues en esa lucha goyesca a garrotazos, el alcalde de Oviedo es quien ha mantenido todo el tiempo que la conciliación pasa por un pacto global, a decidir desde Madrid a través del mismo Gabino de Lorenzo. Por el contrario, el Presidente de Foro es quien ha insistido en que las decisiones deben ser tomadas por los militantes, incluso en los ayuntamientos. A la vista están las diferentes alternativas… democráticas. Y así siguen las cosas desde los primeros momentos del cataclismo.

Esta semana se decide la formación de la Mesa parlamentaria resultante de las últimas elecciones. A formar por cinco miembros, a Foro corresponden dos; otros tanto, al PSOE. Lo razonable será que el PP pacte con FORO el quinto lugar en la Mesa. Pues bien: hay quien piensa que el desvencijado PP asturiano está dispuesto a ceder ese puesto al PSOE, con tal de vetar  una vez más a Cascos. Allá “Génova”, que sigue sin comprender nada: ni lo que ha pasado, ni lo que pasará en el futuro;  allá también sus periodistas de cabecera, creyendo lo que les dicen en “Génova” y que Asturias se puede gobernar desde Madrid. Allá ellos también, repito. (Parecía una “boutade”, pero hasta hay que volver a tomarse en serio al Pelayo de Covadonga). Siguen sin enterarse “esos cuantos” de que en Asturias se está produciendo una revolución, aunque por ahora se escriba con minúsculas