¿Que va a pasar?

Estamos viendo una serie de acontecimientos que me tienen muy preocupado. Algo está pasando en este mundo mundial de nuestros dolores y que pienso se escapa hasta a los dirigentes que nos han tocado en suerte. Para empezar no puedo por menos de referirme a la dimisión, la primera en 600 años, del Papa Benedicto XVI que hoy, precisamente, se despide como cabeza visible de la Iglesia católica. Se que está muy mayor y que los problemas deben ser de poner los pelos de punta pero, dicho con todo el respeto, no me parece bien la dimisión, dejando el barco en aguas procelosas y de futuro incierto, con un cónclave apresurado y una especie de crisis aguda en la institución. Mal síntoma, pues, la dimisión del Papa. Luego está lo de las elecciones generales en Italia que la han convertido en una nación ingobernable también de incierto desenlace. El Mariano Rajoy de allí, Mario Monti, se la ha pegado -que tome nota el gallego- y hasta los cómicos se llevan el favor del pueblo, incluído la estrella principal que es el inefable Berlusconi.

Aquí, en nuestro país, políticamente los dos partidos mayoritarios pierden los papeles cada día que pasa lo que me quita el sueño. Los del PSOE y el PSC es de traca. Veo a Alfredo Pérez Rubalcaba vencido e incapaz de asumir el liderazgo de la oposición pero lo del Partido Popular con lo del caso Bárcenas le supera. Hace meses escribí que Mariano Rajoy y los suyos necesitaban rodearse de eficaces comunicadores -incluso le apunté el nombre de Lalo Azcona, quien, por cierto, mañana estará en Oviedo para presidir el Consejo Social de la universidad- pero el sectarismo, ya se sabe, te coloca orejeras que impiden ver la realidad y el presidente optó por poner la comunicación en manos de Dolores de Cospedal y de Carlos Floriano. La secretaria general tras la última explicación sobre la indemnización diferida de su partido a Luis Bárcenas pasará a los anales de las escuelas de DIRCOM como lo que no se debe hacer jamás en comunicación. Me consta que el presidente de los DIRCOM, el periodista avilesino José Manuel Velasco, que tan bien asesora a las Koplowizt, pondrá la aparición de Cospedal ante los medios de comunicación como lo que jamás se debe hacer en una rueda de prensa. Y eso que la presidente de Castilla La Mancha es de las más templadas.

A estas alturas de una legislatura que apenas ha superado su primer año creo que Mariano Rajoy sufre ya de manera intensa el síndrome de La Moncloa.  De todo el gobierno veo centrada a la vicepresidenta Soraya Saenz de Santamaría y al ministro de Exteriores Margallo, casado con una señora de Cangas del Narcea, por cierto. Hasta el bueno de Cristóbal Montoro le veo con los papeles perdidos. En definitiva todo se reduce a una falta de liderazgo. Al día de hoy apuesto a que Mariano Rajoy no termina la legislatura. Por si fuera poco nuestro jefe del Estado cada vez está más deteriorado y la palabra abdicación circula sin control. El domingo pasará de nuevo por el quirófano y por lo menos estará tres meses fuera de juego. Menos mal que el Príncipe Felipe hace muy en su papel y  no lo digo porque los asturianos vayamos a tener en su día una reina de Oviedo. La situación es pues preocupante y no solo por los casi seis millones de parados o la situación de la prima de riesgo. En esta sociedad doliente va a pasar algo, pero ¿que?. Ni la vidente Belén Alarma es capaz de decírmelo.



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