La aburrida crisis económica y de valores está arrastrando a esta España nuestra por el tobogán de la ignominia, de la vergüenza, de la inmoralidad, de la deshonra y de la congoja. En el exterior, la imagen española es totalmente negativa y muchos se preguntan qué pasa en una nación hace años montada en la buena pasión económica y ahora agobiada por tanto descerebrado indecente y envuelta en míseras corruptelas repartidas por los cuatro puntos cardinales de la geografía patria. El efecto simpatía funciona y los padres del Parlamento y Senado, junto con trabajadores de partidos políticos se las ingenian para aprovechar su estatus, traficar con la influencia y en menores casos conseguir de manera ilícita rendimientos idóneos que aumenten sus cuentas bancarias. El dinero es demasiado goloso, es todo un poderoso caballero que desborda todo lo que encuentra por ese cauce apetitoso como es la buena posición política o empresarial. Lo decoroso, lo estimable, lo íntegro y lo moral son palabrejas olvidadas para muchos que no tienen utilidad real. Los cargos son empleos o destinos que tienen a la larga una misión clara y directa: La influencia sobre diferentes aspectos de la realidad política, financiera y social…No pretendo con estas líneas convertirme en un predicador embargado por la honradez y por la filosofía existencial. Pero me abruma el diario acontecer de momentos irracionales como son las continuas imputaciones de individuos que se saltan a la torera actuaciones totalmente reprobables. La corrupción, según jueces y fiscales, habita entre nosotros desde hace tiempo. Hay ocultaciones al fisco, se mete la mano en la caja de la bondad con un desparpajo tremendo, las cuentas en Suiza son noticias que nos aburren, los ERE andaluces forman parte de la realidad sureña, el yerno del Rey trabajando a destajo, el que fuera tesorero del Partido Popular Luis Bárcenas montando sociedades para el blanqueo de dinero, Francisco Correa se envuelve en la trama Gürtel, políticos catalanes de rancio abolengo más de lo mismo y diputados, alcaldes y demás parafernalia plural se aprovechan de ese puesto para amigarse con empresarios del ladrillo y formar auténticas catenarias financieras…
España sueña a descrédito, aquí y allá… Y me da mucha lástima del bueno de Mariano Rajoy Brey que está sufriendo lo indecible por encontrarse con esta angustiosa situación. Marejada en su partido, ataques furibundos por algunos medios de comunicación, golpes bajos enviados por la oposición socialista y las minorías, y una ciudadanía cansada de tanto lío, tanto revuelo y tanto problema derivado de acciones ilícitas y descaradas. Mientras en la calle la gente sufre en silencio los problemas que vienen de la crisis, el desempleo, la falta de perspectivas, las necesidades primarias, los recortes. Y ellos, esos padres de la patria y personajes de TBO, subidos a su ego político y tirando de la cuerda hasta lo imposible. Mequetrefes!
La Marca España cada día tiene menos peso y eso que contamos con unos productos de alto nivel y demasiado competitivos, pero la situación económica y los rateros de lujo convierten nuestra piel de toro en una ciénaga donde los detritus se agolpan a montones y los malos olores cubren con sus efluvios el bello y abrupto paisaje español. Mariano Rajoy Brey sé que sufre en su alcoba monclovita con fuertes dolores de migraña causados por unas noticias que confunden al más pintado. España necesita una limpieza terapéutica, unos años en barbecho y muchas vacaciones para todos, especialmente para los políticos, con el único alimento del fútbol patrio y el bocadillo de tortilla. Con tanto corrupto suelto a Mariano Rajoy Brey no le sale una a derechas !