El ex presidente del Gobierno y ex presidente del Consejo de Participación de Doñana, Felipe González es actualmente consejero de Gas Natural Fenosa. El pasado mes de enero esta empresa lograba sacar adelante un proyecto de extracción y almacenamiento de gas en las inmediaciones del Parque Nacional. El ex presidente del Gobierno José María Aznar, quien durante su mandato privatizara la actual Endesa, ahora es consejero de la eléctrica. La ex vicepresidenta del Gobierno, Elena Salgado, apenas dos meses tras dejar su cargo ficha como consejera de esta misma empresa. Y la lista podría hacerse mucho más larga con nombres como Manuel Marín ex presidente del Congreso y Ángel Acebes ex ministro en las filas de Iberdrola.
Es evidente que muchos cargos públicos terminan trabajando en empresas del sector energético cuando abandonan la política. Con este panorama de excargos públicos a sueldo del oligopolio energético, parece poco probable que ningún Gobierno vaya a legislar en su contra. Todo lo contrario, parece que es el premio para cuando terminen su carrera política, si claro está, antes se han portado como se espera de ellos.
El ejemplo más reciente y que seguramente no será el último, el pasado viernes se aprobaba el Real decreto Ley 2/2013, cuyo objetivo anunciado pretende ser “proteger a los consumidores en un contexto de crisis económica y garantizar, al tiempo, la sostenibilidad económica y la estabilidad de ingresos y costes del sistema eléctrico, con el objetivo de no generar déficit de tarifa en 2013”. La consecuencia “real” del mismo, nuevo regalo a las cinco grandes empresas eléctricas y hundir aún más, si cabe, a las energías renovables, frenando el desarrollo de nuevos proyectos y recortando drásticamente sus ingresos.
Los últimos escándalos financieros y de corrupción hacen necesario un cambio en la clase política. Si realmente existe el compromiso de fomentar la transparencia por parte de partidos y políticos, deben entre otras modificar la Ley de Incompatibilidades para impedir que personas que han ejercido cargos públicos puedan acabar trabajando en las grandes empresas energéticas. Y viceversa.
Es necesario recordar que España ha tenido en el periodo de octubre 2011 a octubre 2012 un déficit de 45.696 millones de euros en la balanza energética exterior. Seguimos gastando miles de millones de euros en comprar combustibles fósiles todos los años (para generar electricidad y para el transporte), y sepultando bajo una losa nuestra independencia energética, de la que España es inmensamente rica, las tecnologías renovables. Este es el negocio del oligopolio, que cada año aumenta su balance de beneficios, a costa del bolsillo, la salud y el medio ambiente del resto de ciudadanos. Y lo grave es que lo hacen jugando con una baraja marcada. El contexto de crisis económica en el que estamos inmersos es también una crisis de valores morales que deberemos superar para lograr un futuro diferente.
Julio Barea (@juliobarea) campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace