Aplaudo la decisión del alcalde de Oviedo Agustín Iglesias Caunedo de dedicar próximamente el nombre de una calle de la capital a la memoria del insigne cardiólogo doctor Eduardo González, a quien todos conocíamos por el nombre de Macano, fallecido hace unos meses y que a lo largo de su vida, además de despuntar en su profesión fue un ovetense ejemplar. Tuve la ocasión de hacerme muy amigo de él en los últimos años de su vida, pertenecientes como éramos a la peña gastronómica El Urogallo que me honro en presidir. Por eso de que la vida es un pañuelo muchos años antes traté a su padre, el también cardiólogo Eduardo González, destacado escritor y que además se sentía orgulloso de tener el carnet profesional de periodista.
Para mi como plumilla de la ciudad que soy las opiniones de Macano sobre Oviedo, su paisaje y sus paisanaje, siempre fueron de lo más atinadas lo que me permitió estar acertado en muchas de mis crónicas y escritos sobre la realidad local. Siempre le decíamos en broma al párroco de la iglesia de San Juan que esta era famosa por tres acontecimientos. Porque Franco se casó en ella y porque tanto a Macano como a un servidor nos bautizaron en la misma. Curiosamente, aunque él era unos años menor que yo, nacimos en calle cercanas. El en la de Palacio Valdés y yo en la de San Bernabé. Al poco de su fallecimiento, tras una rápida enfermedad, el alcalde ha cogido al vuelo la petición de un montón de buenos amigos y de ciudadanos para que Macano tenga su calle. Se que a su viuda, hijos y hermanos, este gesto les llenará de orgullo porque, en definitiva, no deja de ser un justo reconocimiento a un ovetense de pro.
Yendo a la actualidad política los vientos contra el partido en el gobierno, el Popular, arrecian provocando olas de varios metros. Mariano Rajoy, hoy en Alemania, de momento ni dobla ni rompe. ¿Que nivel de intoxicación hay en esta historia?. Sabe Dios. Lo de fuentes anónimas o sin querer identificarse está a la orden del día. Lo curioso es que el famoso Luis Bárcenas personaje con pinta de galán maduro- declara que todo es una fabulación y que no hay cuadernos secretos además de negar que Mariano Rajoy haya cobrado en negro. Pero por si fuera poco lo de su hipotética contabilidad le surge al PP el frente de los regalos de Ana Mato y de su ex marido, Luis Sepúlveda, ex alcalde de Pozuelo de Alarcón, imputado en el caso Gurtel y que continúa cobrando en casa, como funcionario del partido conservador que es, un sueldo. El ayudante de Dolores de Cospedal, Carlos Floriano, dijo esta mañana que el hecho de estar imputado no es causa para ser despedido puesto que incumplirían el Estatuto del Trabajador y perderían en los tribunales. Tienen gracia sus manifestaciones ya que en este caso no pero cuando en agosto la dirección nacional del PP despidió al periodista ovetense Florentino Alonso Piñón, que había retornado a su puesto de funcionario en Génova tras haber sido durante un año consejero de Administraciones en el gobierno asturiano de su protector Francisco Alvarez-Cascos, el PP no tuvo en cuenta ni Estatuto del Trabajador ni nada, poniéndole rápidamente de patitas en la calle. Precisamente durante unos años Florentino Alonso Piñón fue jefe de gabinete en el ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón cuando Jesús Sepúlveda era alcalde.
Como consecuencia de esta crisis política, cuyo final por el momento no vislumbro, la prima ha vuelto a dispararse y el paro también que en el caso de Asturias ya estamos en 107.000 y subiendo. Menos mal que el próximo sábado los eternos Javier Fernández, Antonio Pino, Justo Braga y Severino García Vigón, firmarán, fotógrafos incluídos, la concertación social.