Melchor, Gaspar y Baltasar se están acercando a Asturias. Vienen preocupados por la situación de nuestra región. La crisis también les afecta, tanto es así que prefieren bajar el Pajares para no pagar por pasar por la autopista del Huerna. Se han acercado hasta el pozo Candín pero allí ya no se extrae carbón y preguntan insistentemente por Carlos Slim sabedores de la apuesta del hombre más rico del planeta por el Real Oviedo. El incombustible Serafín Abilio Martínez, presidente de la patronal asturiana de la construcción, se reúne dos horas con el presidente del Principado y la consejera de Fomento. Javier Fernández y Belén Fernández -entre Fernández anda el juego- escuchan las quejas del empresario que pide con urgencia que se licite obra pública. Para empezar habría que acabar la Zalia y retomar las obras del polígono de Bobes en Siero que con un millón de metros cuadrados duerme ahora el sueño de la crisis asturiana. A todo esto Cajastur se desintegra camino Liberbank de ser absorbido en su momento, no muy lejano, por el Banco Santander. Asustado por el fichaje de Rodrigo Rato por Telefónica compruebo si mi móvil tiene interferencias y parece que no, menos mal. Como en “Bienvenido, mister Marshall” no se si terminaré echándome en manos de los americanos, esto es, de Telecable que al fin y al cabo nació en Asturias. En este oficioso país federal en el que vivimos, y en el que muchos incluso ya malviven, el Estado de las autonomías rechina. Diecisiete goberninos son muchos gobierninos para un país de 47 millones de habitantes. La feroz competencia entre las distintas regiones hacen que, imitando el ejemplo de Cataluña o el País Vasco, Serafín Abilio Martínez pida al presidente del Principado que de preferencia en las obras que se liciten a empresas asturianas.
Como pueden observar en este e-mail, queridas Majestades, no soy un Jesús Hermida cualquiera y le hubiera preguntado a vuestro primo, el Rey Juan Carlos I, que hoy cumple 75 años y que cumpla muchos más, por su yerno, por la caza, por la alemana y hasta por las preferentes, la gran estafa nacional que salvo algún juez nadie sabe como resolver para restituir el dinero a los afectados. En Asturias, salvados en principio los puestos de trabajo en Arcelor Mittal, la batalla más inminente es la de la minería, concretamente la de HUNOSA, que con sus 1.600 puestos de trabajo directos sigue siendo importante para nuestra región. Está claro que el eje Madrid-Bruselas quiere que desaparezca por lo que la única salida posible para salvar parte de los pozos y de los puestos de trabajo es la privatización y me consta que hay poderosos grupos interesados en ello siempre y cuando, claro está, no se encuentren con un rechazo frontal a tal posibilidad por parte de los sindicatos y del gobierno autonómico. La privatización de HUNOSA, o de una parte de ella, supondría el hito histórico de la desaparición de la empresa pública de Asturias y, por tanto, el inicio de una nueva era que, queridos Reyes Magos, no sabemos a donde nos conducirá.
Ser buenos y generosos esta noche y dejar en los hogares asturianos dosis de esperanza y optimismo. Falta nos hace.