Lo malo de distorsionar las situaciones es que acaban valorándolas y adoptando medidas dando por buenas las mentiras que han fabricado. Se ha hablado mucho del "derecho a la huelga"... y después han hecho todo lo posible para impedir a muchos trabajadores tal derecho. Ejemplos: deducciones salariales de tal índole que muchos ciudadanos con una vida ya "muy ajustada", no pueden asumir, especial mente cuando, veladamente, se les amenaza con la no renovación de sus contratos; hacer firmar a todos los empleados su conformidad con el desempeño de "servicios mínimos" durante la jornada...

Rechazo, como científico, las descripciones sesgadas de la realidad... porque acaban haciendo daño a todos. Y la realidad, les guste o no reconocerlo, es que -como era previsible y reiteradamente anunciado por voces muy autorizadas- la política actual puede conducir no sólo a un auténtico desastre económico sino social. Miren lo que está sucediendo en Grecia, Portugal... Dejen, por favor, de repetir altaneramente que están en posesión de la verdad, que no hay alternativas, que su "hoja de ruta" es la mejor, la única!

Quizás estén todavía a tiempo de abandonar el "rodillo" y concertar voluntades, incentivando a las Pymes, a los trabajadores autónomos... y a ofrecer un plan con objetivos claros y unas audaces y precisas medidas para llevarlo a cabo, incluida, muy en primer término, la propia estructura del Estado. La Constitución debe ser la solución, no el problema...

No actúen en virtud de unas cifras que ustedes mismos han falseado. Escuchen al pueblo. Rectifiquen.