Puede que sea casualidad pero en el día del desarme el gobierno del Principado ha podido armar por fin Asturias con un rescate mixto, esto es, banca privada fondos del Estado, cubriendo así los 423 millones de euros que le son necesarios para evitar el colapso de nuestra economía y poder lanzar, o relanzar, algunos proyectos autonómicos en busca de una cierta recuperación que permita, a ver si se consigue, iniciar la creación de empleo aunque sea tímidamente.
Ahora lo que debe de hacer Javier Fernández y sus consejeros, especialmente la de Hacienda, Dolores Carcedo, es explicar en la Junta General del Principado y, por tanto, a la opinión pública asturiana las condiciones en que se cogen estos préstamos. Por la parte privada, hasta Liberbank ha aflojado el bolsillo prestando 60 millones de euros, como el Banco Herrero, participando también con cantidades menores la Caja Rural Provincial, La Caixa y el BBV, echando, sin embargo, de menos que en esta operación “rescate de Asturias” no participe el Banco de Santander siendo su vicepresidente Matías Rodríguez Inciarte a la vez presidente de la Fundación Príncipe de Asturias. El banco presidido por Emilio Botín tiene muchos intereses y buenos clientes en nuestra comunidad por lo que, insisto, le echo de menos.
No deja de ser curioso también que Mariano Rajoy con su sapiencia gallega haya aguando más que el propio Javier Fernández en solicitar el rescate. España resiste y el gallego, tan tranquilo. Asturias no podía más. Lo que me preocupa ahora es que condicionamientos traerá el préstamo de 261,7 millones de euros que nos da el Gobierno central. Hombre, Mariano Rajoy puede estar tranquilo, esto no es Cataluña, en donde a más millones que reciben más levantiscos están con su independencia de cartón. Por cierto, he leído un informe de la correlación de militantes de partidos políticos con sindicatos y el ejemplo más claro es el duo formado por PSOE y UGT, pero me sorprende que Asturias esea la primera región de España donde coincide la doble militancia prácticamente al cien por cien lo que para un gobierno socialista como el que ahora tenemos siempre es un buen colchón; fíjense en la postura de la UGT de desmarcarse en solitario del conflicto que afecta a la sanidad pública. El doble carnet no es que sea obligado pero en Asturias es toda una costumbre lo que, desde luego, no ocurre por ejemplo con el otro gran sindicato, CCOO, cuyos antiguos lazos primero con el Partido Comunista y luego con Izquierda Unida son ya historia.
Y entre tanto, como quien no quiere la cosa, salta a la opinión pública la noticia de otro de nuestros esqueletos en honor del despilfarro y de la inoperancia de nuestros políticos surge de las aguas del Cantábrico cual sirena varada. ENDESA, cuyo cabreo con Industria es de los que hacen época, ha terminado de construir con una inversión superior a los 300 millones la regasificadora en El Musel. Tal era el enfado de ENDESA que había decidido no poner un euro más ni para el mantenimiento de las instalaciones non natas; presiones han hecho que reconsidere su postura y mantendrá un equipo de 10 operarios para evitar que el paso del tiempo convierta en chatarra la regasificadora que nunca llegará, me temo, a funcionar. Esperemos que no pase algo parecido con el nuevo Hospital Central. El Musel es un quebradero de cabeza para las administraciones centrales y autonómica. La UTT que construyó su ampliación tiene ya previsto una demanda por más de 300 millones de euros contra el Principado alegando que se le debe; lo de la Zalia es de traca y la regasificadora, otra gran e inútil inversión hecha cuando en España nos creíamos ricos y resultó que estábamos al borde de la suspensión de pagos.
Hoy, último día de la campaña electoral en el País Vasco y en Galicia. Allí, triunfo del PNV seguido de Bildu y bajón del PSOE. En Galicia creo que Alberto Nuñez Feijóo repetirá con una ajustada mayoría absoluta. Lo de Mario Conde, un ridículo, y también bajón del PSOE. A ver por donde nos sale ahora Alfredo Pérez Rubalcaba. Y es que alguna alegría tenía que tener Mariano Rajoy con su tierra.
