El próximo martes el gran mentalista ovetense Anthony Blake actuará en el Auditorio Príncipe Felipe en una función destinada a recaudar fondos para la Fundación Gaspar García Laviana cuyo objetivo es el alimento y educación de una escuela comedor para más de 100 niños en los suburbios de la ciudad de Granada en Nicaragua, estando presidida por el periodista Ramón Sánchez-Ocaña, actuando como tesorero el notario Marco Antonio Alonso Hevia y secretario el empresario allerano afincado en Barcelona Franco Rodríguez quien en su día llegó a estudiar en el seminario con Gaspar García Laviana al que siempre admiró y de ahí el haber promovido esta fundación que en estos momentos cuenta con 83 colaboradores repartidos por Asturias, Segovia, Valladolid, Madrid, Sevilla y Barcelona con una cuota anual de 60 euros. La escuela comedor que patrocina la fundación Gaspar García Laviana está dirigida por sacerdotes de la Congregación de Misioneros del Sagrado Corazón, compañeros del que fuera cura guerrillero. Su necesidad más apremiante en estos momentos es una furgoneta multiuso (ambulancia, transporte de todo tipo, etc.) valorada en 18.000 euros por lo que la fundación cuenta con la actuación desinteresada del mentalista Anthony Blake para llenar el auditorio y conseguir una buena recaudación que será compartida con la Asociación de Humanitarios de San Martín Moreda cuya fiesta está, como quien dice, a la vuelta de la esquina, el 11 de noviembre.
El empresario allerano Franco Rodríguez, que tiene un importante restaurante en Barcelona, La Pomarada, es también el fundador e impulsor de los premios Dionisio de la Huerta que van ya por su quinta edición. Pese a los muchos años que lleva residiendo fuera de nuestra comunidad nunca ha querido perder el contacto con la misma apoyando cualquier iniciativa solidaria que se le presente como son los propios Humanitarios de San Martín. Es pues justo reconocer su labor que en el caso de Barcelona hacia Asturias es intensa y directa.
De Anthony Blake ¿Que les puedo decir?. Ovetense de pura cepa, de la escuela de Los Dominicos de Oviedo, ha trabajado duro a lo largo de los años para convertirse en el número uno, así como lo leen, de los mentalistas españoles. A lo mejor no estaría de más que sus señorías, los 45 de la Junta General del Principado -no hay manera de bajar el número de escaños-, le ficharan una temporada como asesor en busca de ese camino que sirva para sacar a Asturias del atolladero en que se encuentra, preocupados como estamos por el futuro de las instalaciones siderúrgicas de Arcelor Mittal cuyo horno alto de Veriña probablemente no vuelva a ser arrancado nunca mientras aprieta las tuercas laborales hasta extremos indignantes a los 6.600 trabajadores que aún tiene en plantilla entre Veriña y Avilés. Como muestra Mittal ha decidido cerrar dos importantes hornos altos en Francia; ante la protesta del presidente Holland el indio se limitó a decirle que le daba 60 días por si el Estado francés encontraba un comprador para los mismos; de no ser así, candado definitivo. Ya ven como está el panorama. Pero que conste que siempre que aludo a la crisis asturiana y a la situación de muchas de nuestras empresas hay un ejemplo positivo del que me siento orgulloso, la firma DuPont con sus instalaciones en el valle de Tamón, traída en su momento a Asturias por el entonces presidente del Principado Pedro de Silva y Cienfuegos Jovellanos, que mantiene su plantilla, incluso está ampliando instalaciones, además de haber servido estos años como formación de jóvenes que ha ido colocando por sus centros de trabajo ubicados en medio mundo.
Quizás el equipo económico e industrial de Javier Fernández, a cuyo frente está Graciano Torre, debería estudiar en profundidad este fenómeno empresarial que surge como un gran brote verde en el árido desierto de la Asturias industrial.
