Somos una muchedumbre. Unos fueron. Otros muchos irán. Otros muchos no pueden ir. Pero cuánto más acosen las pacíficas reivindicaciones ciudadanas, más seremos. La voz del pueblo es la democracia. De todo el pueblo. Ampararse en una mayoría parlamentaria es contrario a la democracia genuina. Las leyes del “rodillo” no son leyes justas. Son legales pero no legítimas.

Los tiempos de sumisión, de miedo y de silencio han concluido. Hablemos. Escuchemos. Alcancemos acuerdos serenamente elaborados. De la fuerza a la palabra, la gran transición. La gran inflexión hacia el multilateralismo y la democracia auténticos.

El 25-S somos muchos ya. Seremos muchísimos más.