Por un problema de extreñimiento -no se debe comer fabada en el sur- acudo al servicio de urgencias del centro de salud San Miguel en Torremolinos. Mi tarjeta de usuario de la sanidad pública del Principado me abre las puertas cual si fuera andaluz del barrio malagueño de El Palo. No se por qué pero tengo la sensación de que me tratan con más simpatía que si les mostrase una tarjeta de la Generalitat y ni que decir tiene si fuera del Foring Office, esto es, inglés de la Gran Bretaña. Me ha encantado pasar por vez primera en los muchos años que vengo a cargar pilas a Málaga por esta experiencia para darme cuenta, una vez más, de lo que al ciudadano de a pie supone disponer unos eficientes servicios públicos. La mano derecha del presidente de Unicaja Braulio Medel, que es el ex presidente de Cajastur, Angel Fernández Noriega, me cuenta que su sensación es la de que esta provincia saldrá de la crisis pronto dado que el turismo continúa creciendo y sus infraestructuras están mejorando mucho. El aeropuerto, magnífico, va a tener pronto una segunda pista elevando su capacidad a 30 millones de viajeros al año y la remodelación de puerto es espetacular con un bulevard que hace las deslicias de malagueños y de los miles de turistas de cruceros que aquí recalan. Nada de cerrar las tiendas los domingos como he leído ocurre en Gijón con motivo del atraque en El Musel de un crucero con unos cuantos miles de turistas a bordo quienes quedaron encantados de la ciudad pero apenas pudieron comprar nada al ser domingo y tener los comercios el pestillo echado. Y sin olvidarme, además, del metro cuya primera línea entrará en funcionamiento en tres meses mientras el agujero del metro tren en Gijón va a terminar sirviendo solo para cultivar champiñones.
Así como Javier Fernández ha colocado a un peso pesado como Lalo Azcona como presidente del Consejo Social de la Universidad -toma posesión del cargo mañana, martes- para las mini carteras de comercio y turismo debería de buscar expertos con importante agenda de contactos y no políticos profesionales de divisiones inferiores a los que en estos ámbitos se cuece. Con recortes y sin ellos Asturias necesita promoción, algo de lo que carece hace años. Por ejemplo, una eficaz colega mía en la Asociación de Escritores y Periodistas de Turismo del Principado de Asturias, Esther Canteli, está poniendo al día la agenda de periodistas asturianos e importantes que ejercen por esos mundos de diós. Hay un montón y en sus ámbitos profeesionales ejercen una gran influencia social. Mantener contactos con ellos pude ser muy beneficioso para Asturias. Algo parecido -los gallegos lo hacen muy bien- se puede decir del mundo empresarial. Nuestro último descubrimiento ha sido el empesario astur mexicano, nacido en Oviedo, Antonio Suárez, pues no es el único pero ni siquiera, me consta. La administración asturiana debería utilizar mejor y más intensamente los canales de los centros asturianos. Mientras puestos como el de la presidencia del Consejo de Comunidades Asturianas se den como premio a una vida de servicio público, caso de Paz Fernández Felgueroso, poco se podrá hacer. No se trata de que el gobiernín de Asturias, como lo califican en wikipedia, actual sea de pepenes como hizo Francisco Alvarez-Cascos cuando accedió al poder en nuestra tierra pero tampoco se trata de tener un equipo de veteranos, de vuelta de cargos y administraciones, con la única aspiración de seguir siendo políticos profesionales a la espera de la jubilación.
Que Asturias, sus dirigentes en el poder y en la oposición, necesita un electroschok no me cabe duda alguna. Lo que me pregunto es quien nos lo va a aplicar, cuando y con que intensidad. Sea como sea estoy convencido que a no mucho más tardar van a saltar chispas.