Fíjense en el poder de las nuevas tecnologías de la información, de las redes sociales. Alkaeda se dio cuenta que nada mejor que un video irreverente y faltoso colocado en la red con una autoría falsa sobre la figura de Mahoma para levantar a los musulmanes contra los yanquis y ya ven la que se ha armado. Mariano Rajoy, o mejor dicho, la Merkel, bien podía imitar al Barak Obama, en plena campaña electoral, y poner en marcha la máquina de fabricar euros. Obama ha dado órdenes de inyectar cada mes por tiempo indefinido 40.000 millones de dólares al sistema y aquí recortando el chocolate del loro. Vivir para ver. Viva la inflación bien entendida.
A mi admirado presidente del Real Oviedo Toni Fidalgo le ha pasado lo que a Mariano Rajoy. Llegó a la cúpula del club y se encontró con la cruda realidad debajo de la alfombra. Las cuentas del club no hay por donde cogerlas. Aireadas las mismas ¿Quien va a acudir con solvencia a la ampliación de capital?. ¿El grupo dominante encabezado por el desaparecido, en busca y captura, Alberto González?. ¿El ayuntamiento de Oviedo que es segundo accionista?. ¿El abogado allerano Celso González, la mano que mece los entresijos del club, como tercer accionista? ¿O Paco Gómez que en su día quiso pero no pudo?. Bastante tiene éste último con el Cartagena. Mal se presenta el futuro del histórico club a corto plazo, que hasta Los Manolos, con Manuel Vega-Arango al frente, tienen ahora acceso directo al palco presidencial del Carlos Tartiere para crear ambiente. Lo de jeques e indios ya no cuela y capital nacional interesado va a ser difícil de encontrar aunque el inquieto Enrique Pina sigue revoloteando el torno al club carbayón. En 45 días sabremos cual será el futuro del Real Oviedo.
Me encuentro en la calle Covadonga con José Manuel Nebot, conocido en los ambientes locales como el fotógrafo comunista de Oviedo aunque la alta sociedad se pirriaba por sus retratos. Tiene años pero le encuentro muy bien. No me resisto a hacerme una foto con él en plena acera. Nebot es toda una institución en la ciudad además de haber sido un gran artista de la fotografía en su estudio de la calle Milicias Nacionales. En cierta ocasión hizo en el centro comercial Salesas una exposición de 50 ovetenses conocidos entre los que tuvo la deferencia de incluirme y su gran foto la tenga colocada en lugar preferente en mi despacho. Es el único que en logró con ese retrato que tuviera un cierto aire con Robert Reford. De Nebot, además de su arte, siempre he admirado su fidelidad a las ideas comunistas. Me recuerda a José María Laso. Ha sido un gran trabajador con el objetivo de sus máquinas y es una persona honesta y consecuente lo que en estos tiempos que vivimos no es frecuente encontrarse.
Me llega la noticia de que se jubila el ingeniero Manuel Martínez, durante años delegado de ACS en Asturias y vicepresidente de la patronal de la construcción. Es de la cosecha de Los Dominicos y un asturiano intenso. Goza de la total confianza de Florentino Pérez -supongo que será del Real Madrid- y en su última etapa profesional dirigió la UTE que terminó las faraónicas obras de ampliación de El Musel dejando preparada también una demanda contra el Principado en nombre de dicha UTE por más de 200 millones de euros al no estar de acuerdo las empresas integrantes de dicha unión con la liquidación realizada en su momento por el último gobierno de Vicente Alvarez Areces.
Otro profesional que se jubila, muy conocido en nuestra ciudad, tras trabajar durante 51 años -ahí es nada- en la librería Cervantes es Andrés Muslera. Este ovetense nacido en la falda del Naranco acaba de cumplir 65 años y entró en la citada librería como chico de los recados cuando aún no había cumplido los 14 años, iniciando su andadura profesional a la órdenes del gran Alfredo Quirós en la primera sede de la librería en la calle Doctor Casal. Durante años ha sido muy apreciado por la clientela, especialmente la relacionada con las publicaciones técnicas y de ciencias en las que es un verdadero experto. Concha Quiros, la actual propietaria de la librería Cervantes, le considera como un hermano, como lo consideraba un hijo su padre Alfredo Quirós. Los muchos clientes de esta librería seguro que le van a echar en falta. 51 años al servicio de la misma empresa es algo que ya no es de estos tiempos, lamentablemente.
