Crema catalana

El gran escritor catalán Josep Plá escribió hace mucho tiempo:”La sociedad civil catalana desde siempre ha estado por encima de sus políticos”. Los juicios coinciden en que el “seny”, cordura, ponderación, juicio, es el más promovido de los rasgos atribuidos a los catalanes. “Seny” que se enfrenta a la “rauxa”, arrebato, exaltación, locura, que en los  últimos tiempos parece haberse  apoderado de toda la clase política y social de Cataluña.

La “rauxa” ha cegado a una gran parte de la clase dirigente e intelectuales, envenenando el tejido social, ofreciendo a los ciudadanos la mentira del victimismo, según el cual todos los males de Cataluña proceden de la imposición centralista y de la vagancia de los demás.

Al servicio de esta idea se ha ido elevando el tono del lenguaje político hasta llegar al chantaje, a la insumisión y al menosprecio de la Constitución. Ahora mismo tal parece que hay una llamada a las “barricadas”, a una “diada de lucha”,a una confrontación de resultados imprevisibles. La “rauxa” que parecía exclusiva de radicales independistas como ERC, de aquel Carod Rovira que pactó con ETA el fin de los atentados, pero solamente en Cataluña, está ya en CIU e invade la franquicia del PSOE en Cataluña, el PSC que no hace tanto lideraba la Generalitat.

Está por ver cual es el grado de respuesta de la ciudadanía catalana a los que ofrecen soberanía, nación, estado confederal y desobediencia civil en lugar de afrontar soluciones reales para el negro panorama económico que sufre Cataluña, con tanta o mayor intensidad que el resto de España y en la que hay una gran responsabilidad por la pésima gestión de Artur Más y de los anteriores “tripartitos” que presidieron Maragall y Montilla.

El Gobierno catalán ha dedicado más atención a la promoción del soberanismo que a solucionar los problemas reales de la sociedad civil. La consecuencia ha sido la quiebra, el aplazamiento “sine die” de los pagos a centros sociales, residencias, hospitales y centros concertados y ello a pesar de ajustes de urgencia..

Estos políticos, los mismos del Pacto del Tinell, los que certificaron ante notario que nunca negociarían con el PP, entonces en la oposición, ahora “exigen” que el Gobierno de esa ideología les rescate con más de 5000 millones de euros, de acuerdo con una ley que primero avalaron y después impugnan.

La petición se ha formulado con un aire de prepotencia, “chulesco” según algunos comentaristas. Parece un desafío verbal, impropio de gobernantes y que acabará irritando a grandes sectores de la opinión pública.

Mal asunto que Artur Más culpe a España de todos los desastres de los políticos catalanes y que opte por la insolidaridad territorial. Su posicionamiento alentando manifestaciones independistas y rechazando de antemano cualquier condicionamiento para enderezar la economía catalana, es una ruptura en toda regla.

Convendría tener en cuenta que aumenta el número de españoles que se sienten menospreciados por tantas injustos rechazos de irresponsables políticos catalanes.Si en estos malos tiempos, esos españoles decidiesen dar la espalda a productos y servicios catalanes, la crisis aumentaría de forma exponencial y de nada serviría el pretendido “pacto fiscal”.Vale más rebajar la tensión, confiar en el mayoritario”seny” y recurrir a la tranquilizante crema.

                                                                                             jlpoyal@telecable.es

 



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