Esta mañana tuve ocasión de girar una visita al campus universitario de Mieres al que hacía tiempo que no iba; y lo hice para conocer la nueva residencia universitaria cuya cafetería abrió hoy sus puertas al público y cuyas instalaciones, las de la residencia en general, estarán a pleno funcionamiento en unos pocos días. La verdad es que he quedado muy gratamente impresionado. Algo más de 100 habitaciones para acoger a 112 personas, un diseño amplio, luminoso, funcional, en un edificio junto al edificio de investigación, frente al barrio de Santa Marina, y un concesionario, Venancio de Souza, que ha logrado el contrato con la universidad para gestionar esta residencia, así como el colegio mayor San Gregorio en Oviedo, para los próximo cuatros años y que se muestra muy ilusionado con el reto. Venancio de Souza es un empresario muy introducido en el sector de servicios, regentando también en estos momentos la cafetería Magazine en la parte alta de la avenida de García Conde en Oviedo.
En el caso del colegio mayor San Gregorio debo decir que no solo tiene todas las plazas cubiertas si no que incluso hay lista de espera. La universidad ha bajado los precios de estancia en el mismo y mejorado el servicio, todo ello coincidiendo con el nombramiento por parte del rector Vicente Gotor de una nueva responsable del área de residencias universitarias, la profesora de psicología Ana Bernardo de la que he podido comprobar que tiene las ideas claras sobre como ha de gestionarse un colegio mayor.La Universidad de Oviedo deberá también de afrontar el próximo año la apertura del colegio mayor América, completamente remodelado y ahora a falta solo de equiparlo, recuperando, creo yo, ese espíritu residencial universitario que con el paso del tiempo se ha ido perdiendo.
En el caso de la nueva residencia universitaria de Mieres es una instalación que le viene muy bien también a la localidad. Este campus, construido a cargo de los hoy desaparecidos fondos mineros cuando Sergio Marqués era presidente del Principado y Julio Rodríguez rector, necesita no solo integrarse más en la vida local de la villa de Teodoro Cuesta sino también ser potenciado con nuevas titulaciones. A la residencia universitaria, al edificio de investigación, donde se ubica el importante centro de nanotecnología, al propio edifico de aulas y al polideportivo hay que insuflarles más vida y rendimiento para la institución universitaria. Se que pronto va a haber cambios en la dirección de sus escuelas y es ahora, cuando la crisis aprieta, cuando la universidad asturiana ve como su censo de estudiantes está bajando hasta cifras insospechadas -llegó a tener 44.000 alumnos y este curso no pasará de los 18.000- es cuando hay que echar imaginación y por supuesto trabajo para que el nivel de eficacia de nuestra principal institución docente no decaiga.
Con motivo de esta visita aproveché también la oportunidad de conocer el polideportivo quedando verdaderamente impresionado con las pistas de tenis, de paddle, con la cancha con marcador electrónico y capacidad para 600 personas sentadas así como con el gimnasio perfectamente equipado con todo tipo de máquinas para musculación, vestuarios, etc. Insisto, la Universidad de Oviedo, el propio Principado, de quien depende, deben sacar ya un mejor provecho de estos que les cuento. En una zona deprimida como es el valle del Caudal contar con este campus universitario es un lujo. Recuerdo que en su momento muchas voces expresaron su disconformidad con que se construye el mismo en Mieres pero aquí está y me parece modélico. Espero por tanto que la universidad no nos decepcione a los asturianos en este tema. Claro que habría que comenzar por aplicar soluciones racionales con los campus, tales como trasladar la Escuela Superior de Ingenieros de Minas de la calle de Independencia de Oviedo al campus mierense pero, claro, no es fácil eliminar vicios arraigados y menos mal entendidos localismos.