Asistí a la 42 edición del festival del queso de Cabrales que como todos los años se el último domingo de agosto se celebra en olor de multitud en Arenas. Un domingo espléndido y encima con el encargo por parte del alcalde José Antonio Pérez Prieto de que pronunciara el pregón. Desde luego puedo decirles que he sido el pregonero más atípico de la ya larga historia de este festival. Y es que por un lado una inoportuna afonía me impidió leer los cinco folios que llevaba escritos aunque por fortuna me suplió con perfecta dicción y convencimiento mi hija Pilar y, por otro, porque sin duda alguna debo de haber sido el único pregonero de este prestigioso festival que desde que el día en que nací -sí, sí, el día de la bomba atómica de Hiroshima- tengo alergia mortal al queso en cualquiera de sus variedades, así que ni olerlo. Pero Toni Prieto es un alcalde echado para adelante y no se rajó ante mis inconvenientes, lo que agradezco.
Al concurso se presentaron 17 queserías. Según me manifestó uno de los miembros del jurado, 15 eran de primera calidad. En esta ocasión el festival contó también, tras muchos años de ausencia, con la figura de la pastora mayor de los Picos. En esta ocasión fue Carmen Borbolla Espina de 88 años, a la que vi ágil y lúcida respondiendo con ingenio y frescura a las preguntas del maestro de ceremonias, Angel Lueje, profesor muy querido en la zona y con amplios conocimientos de la misma. Me recuerda que ciertamente jamás un pregonero se vio impedido de pronunciar su pregón por afonía si buen hace años el crítico de cine y excelente escritor de temas cinematográficos Enrique Herreros tuvo que hacerlo con voz baja y muy pegada al micrófono también afectado como estaba por una inoportuna afonía. Enrique Herreros, un pozo de anécdotas sobre el séptimo arte y el español que en años pasados más influencia tuvo en Hollywood, creo que contó aquí en Arenas que en cierta ocasión lograron meter unos kilos de queso de Cabrales en los Estados Unidos, camuflados como rollos de película en las bobinas que se usan para su transporte. Me pregunto cómo habrá conseguido anular el olor.
Al festival asistió la consejera de Agroganadería María Jesús Alvarez que también se dedica al pastoreo, pero no en los picos, sino en su Pravia querida, pastoreo de sus hijos, claro, cuando van a la verbena de turno. María Jesús Alvarez, ex presidenta de la Junta General del Principado, donde lo hizo muy bien, le dio el fin de semana al mismísimo Mariano Rajoy que el viernes se descolgó pidiéndole en público que baje los precios de los cereales, que el ganadero así no puede más. Por allí estaban también diputados como Marina Huerta, Carmen Sela, José Antonio Martínez y seguro que alguno más. Los que he citado son de Foro Asturias, partido que continúa teniendo importante presencia en el oriente de Asturias. El mismo Toni Prieto pertenece a él. Al festival acudieron los alcaldes de Cangas de Onis, Onis, las dos Peñamelleras -eché en falta, por cierto, a la alcaldesa de Llanes- y algunos concejos más. Tuve oportunidad de saludar a buenos amigos. Algunos hacía tiempo que no les veía como Pachin de Vidiago que a sus 90 años no se pierde la fiesta del queso de Cabrales por nada del mundo. Y hasta donó un jamón a la quesería que quedó en primer lugar. No faltó tampoco Miguel Angel Fuente, uno de los máximos representantes de la orden del Sabadiego de Noreña. Y gente de Cotorraso (Langreo), que vi a Plácido con el que junto a José Pin y Senen comeremos un año más -y van más de veinte- el día de Santa Apolonia, 9 de septiembre, en esa localidad de la que estoy convencido toca el cielo tan magníficamente situada está por encima de Lada y La Felguera.
Como es tradicional en este festival el maestro de ceremonias abrió ante cientos de personas las ofertas de restaurantes asturianos pujando por el queso ganador. Se alzó con él Pepe Gómez “el del Tizón” que ofertó 2.500 euros. El hostelero allí presente se llevó el aplauso del público y sus minutos de gloria ante los medios de comunicación. Es de Tineo pero veranea en Llanes. Su restaurante en la ovetense calle Caveda tiene una gran cantidad de clientes del oriente asturiano; de ahí que nada mejor que sembrar para recoger. Listo que es.
Hoy, pues, se eligió por un jurado de expertos, entre los que estaba mi admirado Eufrasio Sánchez Martín, observador gastronómico del suplemento Yantar que cada semana publica el diario El Comercio, el mejor queso de Cabrales del mundo. Es calidad de Asturias, la promoción de uno de sus productos de más prestigio y universalidad. Además, querido alcalde de Cabrales, me fijé en un detalle. Mucha gente joven presentando sus quesos y recogiendo premios. Por ahí puede estar el futuro.