Me siento en la terraza de una céntrica cafetería sin abrir la boca que tengo afonía y debo pronunciar el domingo el pregón del festival del queso de Cabrales. Por tanto me entretengo poniendo la oreja en una conversación de dos señoras situadas en la mesa de al lado y cuyo tema monotemático es la crisis, la falta de empleo y en definitiva que nuestro país es como un barco a la deriva, vamos, que no sabemos hacia donde nos llevan. No se que me da darles la razón pero así es; la tijera lleva ya fechas cortando sin detenerse incluso en una autonomía como la nuestra donde el gobierno ademas de ser ¿socialista? no tiene una gran capacidad de enfrentamiento al gobierno central que encabeza Mariano Rajoy. Por ejemplo, la OSPA ha tenido que suspender los conciertos previstos en el verano por las distintas localidades del Principado, el Banco de Tierras desaparece y en la consejería de Agroganadería un montón de inspecciones a explotaciones están paradas porque en la imprenta oficial, la que imprimía el BOPA, ya no, y que ahora coge los encargos de la distintas consejerías, se ha agotado una tinta especial para reproducción de planos y no hay dinero para comprar los cartuchos de repuesto.
A cada consejo de ministros nuevas medidas sin justificar -solo que viene el lobo alemán- en un intento del gobierno del Partido Popular de poner orden sin ser capaz de ello y, desde luego, sin buscar un camino hacia la reactivación lo que ayudaría sin duda a mejorar las expectativas de los españoles. Una cosa está clara, el gobierno que encabeza en Asturias Javier Fernández es mucho más dialogante que el anterior, el de Francisco Alvarez-Cascos, pero antes de que el jefe del Ejecutivo o alguno de sus consejeros se siente en la silla para saludar a quien reciben ya le espetan: “…pero no hay un euro”.
A mediodía precisamente en el Centro Asturiano de Oviedo su eficaz presidente Alfredo Canteli presenta los actos para las fiestas a celebrar en las primeras fechas de septiembre. Reconoce que este verano hay mas socios con sus familias utilizando las magníficas instalaciones sitas en el monte Naranco que en anteriores ocasiones, la gente ha ido menos de vacaciones y hasta, otro detalle, los alumnos que se matriculan en la Universidad de Oviedo son 7.000 menos que el curso anterior, no alcanzando los 19.000 y es que no está tan lejos cuando la primera institución docente de Asturias llegó a tener 44.000 alumnos. Y nadie se pone colorado.
Siempre opiné que Alfredo Canteli hubiera sido un buen fichaje para la política asturiana pero aunque la mediocridad reinante le tentó, como a Cristo en el desierto -primero Gabino de Lorenzo para el grupo popular en el ayuntamiento ovetense; luego Francisco Alvarez-Cascos para lo mismo o lo que quisiera y finalmente la tercera tentación le viene de Mario Conde que fue su último jefe en el banco citado-, Alfredo Canteli, que va a ser abuelo, enhorabuena, es inteligente y no le van los cantos de sirena por lo que se alejó del envenenado cáliz de la política ahora que sus titulares gozan de tan poco prestigio. La labor de Canteli y su equipo en el Centro Asturiano de Oviedo, luchando contra incomprensiones, falta de medios, etc. es impresionante y estoy seguro que las fiestas en septiembre serán un éxito más. Hará de pregonero el empresario Francisco Rodríguez y no faltará la música y el buen yantar. Canteli lleva trece años como presidente y en la reunión de hoy nos acordamos como no podía ser de otra manera de quien fue su directivo durante 8, mi buen amigo y colega José Vélez. También me gustó la respuesta del presidente del Centro Asturiano a una pregunta mía en el sentido de que en la medida de sus posibilidades el centro estará con el Real Oviedo cuando se convoque la ampliación de capital. A eso se llama apostar por Vetusta y no perderse por los cerros de Ubeda.