El próximo miércoles, festividad de Begoña, el gobierno asturiano que encabeza Javier Fernández cumplirá su 75 día al frente de nuestra comunidad autónoma, que diga lo que diga quien yo me sé cada vez es menos autónoma y más dependiente del gobierno que preside Mariano Rajoy. El veterano ingeniero de minas, rodeado de un equipo de fieles gregarios, antiguos colaboradores de Vicente Alvarez Areces, aplica en sus primeros días de gestión una política de plena dedicación, austeridad y puertas abiertas de su despacho donde recibe a quien se lo pida como ocurrió el otro día con el alcalde de Oviedo Agustín Iglesias Caunedo, por ejemplo. ¿Pero que labor está realizando este gobierno compuesto por cinco mujeres y tres hombres?. En una primera valoración, en mi opinión, destacan dos: La consejera de Cultura, Turismo y Deportes Ana González, otrora destacada feminista y un tiempo jefa de gabinete de la por entonces ministra Leire Pajín, eso sí, más volcada a la cultura que al turismo y el deporte, y el consejero de presidencia y ex alcalde de Siero Guillermo Martínez Suárez, auténtica persona de confianza del presidente y, sin duda, la persona fuerte del actual gobierno asturiano. Ya he escrito en más de una ocasión que no hay que perder de vista a este joven que en su momento puede convertirse, no lo duden, en la persona fuerte del socialismo asturiano. Me alegro por la labor que hizo con él en Siero el incombustible José Antonio García Casal “Piti”, algo que no logró con Juan Luis Rodríguez Vigil cuando era jefe de su gabinete de presidencia pero, claro, Rodríguez-Vigil es mucho Rodríguez-Vigil, incluso para “Piti”.
Del equipo gubernamental veo un poco descolocada a la ex alcaldesa de Langreo Esther Díaz, siempre con mucha voluntad pero dando bandazos, producto de los recortes, sin duda alguna, y de que ejercer la política en Oviedo es algo muy distinto a hacerlo desde Sama. Sensato y discreto el consejero de Sanidad Faustino Blanco está capeando la tormenta como puede con dos asignaturas pendientes que van mucho más allá del copago: la puesta en marcha -las inauguraciones sobre el papel ya las hizo Vicente Alvarez Areces- del nuevo Hospital Central Universitario en Oviedo y la nueva residencia sanitaria de Mieres. La única consejera que no tiene carnet del PSOE, pero como si lo tuviera, Belén Fernández, intenta poner en su sitio lo que su antecesora, la inoperante Isabel Marqués y su vice consejero, el operante Juan Vega -desmiento rotundamente que Mario Conde haya puesto sus ojos en él para su nuevo proyecto político, aunque sí los ha puesto en su antiguo empleado de Banesto el hoy presidente del Centro Asturiano Alfredo Canteli-, hicieron durante casi un año al frente de tan importante departamento. Graciano Torre, político veterano, hace lo que puede mientras su hijo Nino Torre asciende a Ferraz como nuevo secretario general que es de las Juventudes Socialistas de España y fiel seguidor de Alfredo Pérez Rubalcaba. Por cierto, creo que este fin de semana hay relevo en la Juventudes Socialistas de Oviedo cuyo cargo deja un efectivo Diego Asenjo. No pierdan de vista a mi vecino de la calle Félix Aranburu. Tiene un gran futuro político por delante.
Buena voluntad pone también la ex presidenta de la Junta General del Principado María Jesús Alvarez como consejera de Agroganadería. Tiene entre sus bonitas cejas metida la idea de promocionar la concentración parcelaria. Solo tengo que decirle, a por ello, señora, Asturias la necesita. En su día -tiempos del franquismo- lo intentó el ministro Allende y García Baxter pero sin éxito. En cuanto a la consejera de Hacienda Dolores Carcedo, su principal misión la que fue en la pasada legislatura segunda de Jaime Rabal, hoy director del área sanitaria de Oviedo, es la de conseguir cuanto antes el pool de bancos que preste al Principado 423 millones de euros, tarea nada fácil pero la esperanza es lo último que se pierde. Precisamente a partir del lunes y hasta últimos días de mes el parlamento asturiano inicia unas jornadas de puertas abiertas. Como la mayoría de sus señorías están de vacaciones -aquí hay más cuento que Calleja- supongo que alguno del medio centenar largo de asesores que tienen entre los cinco grupos parlamentarios harán de guía para aquellos despistados que recorran los distintos habitáculos de la Junta buscando quizás en alguno de sus rincones el espíritu del que en mi opinión fue el último gran gestor de Asturias: José López Muñiz. A su salud.