Joaquín ya tiene sueldo

Uff, que tranquilidad, el presidente del Partido Popular de Avilés Joaquín Arístegui ya tiene sueldo. Desde que en las últimas elecciones autonómicas fue laminado de la lista de candidatos, supongo que por Mercedes Fernández, andaba el hombre como un barco a la deriva en día de tormenta, pero, ya se sabe, los partidos, como Roma, no pagan a los traidores pero sí premian a los fieles y Joaquín nunca tuvo dudas en que bando estaba en la guerra entre PP y Foro siendo además uno de los más duros fustigadores de sus antiguos compañeros hoy enrolados en el partido de Francisco Alvarez-Cascos.

Ya que el gobierno de Mariano Rajoy no es capaz de crear empleo, reforma laboral aparte, al menos da puestos de trabajo a los correligionarios distinguidos; así Joaquín Arístegui pasa a presidir la sociedad estatal SEPIDES que como HUNOSA depende de la SEPI (Ministerio de Industria y recortes a la minería) y cuya principal misión será gestionar el Parque Empresarial Principado de Asturias (el PERPA) en su tierra, Avilés. Nada mejor que un hombre de letras como Joaquín para meterse en un patatal económico y financiero como el que nos ocupa. Su antecesor Carlos Robles, muy disgustado por el cese, llevará a la citada sociedad estatal a juicio por considerar su despido improcedente. Lógico, la piragüa de los cargos no estira más y hasta puede encoger con los recortes. A mi personalmente Joaquín Arístegui me cae bien y coincidíamos hace un años en la tertulia “El avispero·” de la COPE local. Tiene la justa dosis de mala leche política cuando de dar caña a los contrarios se trata. Ahora, por fin, podrá dormir tranquilo mientras el PP continúe en el poder nacional que la grava está asegurada a fin de mes. Que injusto es que cuando un partido llega al poder cese a los anteriores para colocar amigos y correligionarios independientemente de su valía; ahí está el ejemplo del presidente del Principado Javier Fernández quien laminó a todos los foristas de la Administración autonómica para colocar a los que durante unos años fueron gregarios en los gobiernos de Vicente Alvarez Areces.

Por fin, Javier Fernández, atendiendo el clamor popular asturiano inquieto porque no se anunciaban las medallas de Asturias a entregar el próximo 8 de septiembre -antes deberá asistir en Rodiezmo a la fiesta de la decante minería astur leones en la que se espera con expectación a un Alfonso Guerra todavía con algo de fuerza en sus recortadas garras-, ha anunciado esta mañana quienes son los agraciados y, oh sorpresa, la medalla de oro de Asturias es a título póstumo para Sergio Marqués -ésta se la dedico a Alvarez-Cascos que me estará leyendo-. Las medallas de plata son para Marigel Alvarez Martínez, el empresario astur mexicano Antonio Suárez, muy en alza tras haber recibido hace unas fechas la Amuravela de oro, el colectivo de carteros rurales y también para José Manuel González Santamaría. Por lo visto no hubo huevos para dar una medalla al colectivo minero; otra vez será si es que hay tiempo, que al sector cada vez le queda menos, lamentablemente para Asturias



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