De lleno estamos inmersos en la semana grande de las piraguas. La folixia
reina estos meses en todos los lugares de este paraíso natural. Hasta aquí
me atrevería que todo perfecto y normal. Deporte y diversión van de la mano.

Pero, las otras "cosas" que tanto nos preocupan nos impiden saborear cada
evento. La TV se encarga de machacarnos en los informativos de esos datos
tan negros y pesimistas que nos persiguen. Gracias, a la llegada de
Fernando Alonso a la F1, los aficionados dominan la jerga del motor como
auténticos expertos, lo pronuncian en un ingles-técnico que para los
profanos como yo, me dejan en fuera de juego.

Lo mismo ocurre con los términos económicos que invaden todos los medios de
comunicación, la palabra maldita es "recesión", luego la "prima de riesgo",
el parqué bursatil, las nomenclaturas por muy abreviadas que sean ya son de
dominio publico. A este paso le economía de mercado y la domestica, nos
harán a todos ingenieros financieros.

Los bancos - los de sentarse, no - de siempre que eran los garantes de la
custodia del papel (billetes) se van a pique y con ellos todas nuestras
"huchas" se harán añicos. Reina a todas las horas del día, el desanimo. El
paro aumenta en la misma proporción que se esfuman las reservas de la caja
de la seguridad social.

Las pensiones están en el punto de mira, es cuestión de segundos que la
bala alcance el objetivo. Se prepara un otoño caliente, lo dicen, como algo
nuevo. Ninguna estación estuvo ajena al fuego.

Hartos estamos de padecer siempre los mismos de los abusos del poder. Me
dan asco todos los que nos gobiernan y rigen nuestras vidas como si
fuéramos puras marionetas. Nos oprimen y solo se nos acercan para darnos un
folletín antes de las elecciones, para que coloquemos sus anchas posaderas
en el congreso de los diputados, para vivir cuatro años de comparsa.

En una frase genial, lo dejo escrito, Gabriel García Márquez:

"*El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo"*

Que la piragua no se hunda.