Ya saben mi teoría sobre que la mayoría de nuestros políticos luchan a brazada partida para no bajarse de la piragua de las prebendas. No creo que el veterano Pedro Sanjurjo, presidente de la Junta General del Principado y durante muchos años concejal del ayuntamiento de Gijón, por decisión, por supuesto, de los ciudadanos, sea exactamente de esa clase pero, aunque talludito, tiene espíritu deportivo y desde hace unos años baja en piragua el descenso del río Sella tal como hizo ayer en compañía de Armando Balbín en la categoría de k-2 centenarios, esto es, que los dos palistas deben sumar entre ambos más de 100 años. De 21 participantes en dicha categoría Pedro Sanjurjo y su acompañante quedaron los 18. Sin duda el más genuino representante actual del llamado clan Kennedy de Gijón es un tipo con tirón y buen hacer político, surgido del pequeño comercio de La Calzada hasta encumbrarse, por su ambición personal y sus ideas progresistas, en uno de los pilares fundamentales de la Federación Socialista Asturiana y de las instituciones del Principado. Sin duda para un gijonés de pro, como en su momento lo fue Vicente Alvarez Areces, venir todos los días desde la villa de Jovellanos al corazón de Vetusta debe causar un satisfacción difícil de explicar.
Mala suerte tuvo ayer en el descenso internacional del Sella el gran Manuel Busto cuya piragua volcó, quedando eliminado. Busto -que gran alcalde de Villaviciosa fue su padre- es un luchador, no solo como deportista si no como persona. Un detalle, su principal patrocinador es la firma Sierragress de cerámica; pues bien, el bueno de Busto echa una mano comercialozando sus productos y por ello este mes se irá para Hispanoamérica a fin de abrir mercados a los mismos. Eso se llama agredecimiento y fidelidad.
Otra veterana pareja que ayer bajó por las aguas del Sella en la citada categoría de K-2 centenarios fue la integrada por Juan Manuel Felíz y Miguel Cuétara. Felíz en alguna ocasión tuvo también compañero de piragua a otro político destacado, Pedro de Silva y Cienfuegos-Jovellanos. Quizás la práctica privada de la abogacía le haya aburguesado pero lo cierto es que don Pedro, como me gusta llamarle, hace años que tuvo el acierto de bajarse de la piragua política manteniendo a mucha honra la aureola de haber sido el más efectivo presidente de la autonomía asturiana.
Para todo plumilla asturiano que se precie el descenso del río Sella siempre fue motivo de reportajes veraniegos. El primero que hice para el diario Región fue precisamente hace 50 años, un 4 de agosto en que finalizó la crisis de los misiles entre EE.UU., la URSS y Cuba; época en la que Yi Gagarin realizó el primer vuelo espacial; en Israel era ejecutado en la horca Adolf Eichmann; los Beatles lanzaban su primer disco; y al día siguiente del descenso del río Sella, un 5 de agosto de hace 50 años, aparecía muerta en su apartamento Marilyn Monroe. En aquel descenso del Sella de hace 50 años un jovencísimo colega, Graciano García, años después inventor y director de la Fundación Príncipe de Asturias, hacía de intrépido reportero para La Nueva España -Su sucesora Teresa Sanjurjo ni había nacido-. Aquel día Graciano García realizó una entrevista a la deportista Paquita Calzada que había bajado el Sella con Juan Rodríguez aunque la pareja llegó bastante retrasada. A la misma palista la entrevistó también a pie de agua el hoy famoso Jaime Peñafiel, quien daba sus primeros pasos en el periodismo trabajando para Europa Press, y del que por aquellos tiempos Graciano García decía con admiración era que era un águila. No se equivocó, no, el colega allerano.