Recibo un correo desesperado del periodista asturiano Rafael del Naranco, hace cuarenta años afincado en Caracas. Fue director del periódico vespertino Ultimas Notiias y destacado ejecutivo del grupo de comunicación Capriles. Ahora él y su esposa, que también se jubila en el sector turístico de la capital venezolana, se disponen a regresar a la madre patria -tienen la nacionalidad española a la que nunca renunciaron-, concretamente a Valencia donde hace años adquirieron un piso, con la vista puesta en Asturias donde tienen asimismo proyectado pasar temporadas. El caso es que según me informa Rafael del Naranco acaban de recibir un golpe seco y duro por parte del gobierno español ya que éste les niega la tarjeta sanitaria ahora que van a vivir como una pareja de jubilados españoles en Valencia. Tal es el cabreo de mi colega, que visita todos los años Oviedo en octubre para asistir a los premios Príncipe de Asturias, que amenaza con devolver al Rey de España la Orden al Mérito Civil que recibió años atrás en Caracas. Rafael del Naranco, en el inicio de los tiempos amigo y colaborador de Hugo Chavez, es ahora uno de los periodistas más críticos con el enfermo presidente de Venezuela. Lógico que no haya nada mejor que la madre patria para descansar de una fatigosa vida periodística pero, estimado Rafael, ya sabes, entre Rajoy la Merkel nos están tirando el estado del bienestar por la alcantarilla.
Sí estará dentro de unos días en nuestra comunidad autónoma para visitar a la familia que tiene en Gijón el hasta hace un mes primer ministro de Perú Oscar Valdés. Su bisabuelo era asturiano y la emigración llevó a al familia a asentarse en aquel país, tan ligado a España. Militar y empresario apoyó al presidente Ollanta Humala en éste primer año de mandato pero tensiones sociales en aquel paí le han llevado a dimitir, siendo sustituido por el ministro de Justicia Juan Jiménez Mayor. Oscar Valdés está pasando estos días de descanso en Canarias antes de venir a Asturias para desde nuestra tierra iniciar un periplo por la Europa comunitaria, comenzando por Italia. La colonia de emigrantes peruanos en Asturias ronda las 700 personas y su asociación la preside el cónsul de facto de ese país en Asturias José Luis García, muy amigo del Príncipe Felipe de Borbón. Perú es en la actualidad una nación de Hispanoamérica muy interesante para hacer negocio y me consta que hay empresarios asturianos desembarcando allí a la búsqueda del tesoro de los Mayas, ya me entienden.
Mañana continuará en Madrid la reunión entre el gobierno y los sindicatos mineros. Supongo que esta semana se normalizará el trabajo en las minas de Asturias y León.Al final, debo reconocerlo, el duro pulso lo ha gano José Manuel Soria. Ayer mismo el secretario general de la la Federación Minero Metalúrgica de CCOO Mino decía que las manifestaciones, marchas y encierros no han servido para doblegar la actitud del Gobierno respecto a las subvenciones recortadas para el año 2012. La batalla, con una masa laboral capitidisminuida, habrá que darla para el plan 2013/2018. Esta última batalla, me fastidia reconocerlo, significa que la minería en España está pasando a mejor vida y respecto al tópico de la reindustrialización de las cuencas, mejor olvidarlo. Lástima del tiempo perdido y los millones dilapidados.
Escucho a Manuel Fernández, presidente del comité de empresa de la fábrica de armas de La Vega, reconocer que la batalla se ha perdido, que el cierre de la fábrica es inevitable y que los 200 trabajadores deberán hacer el petate para trasladarse a la factoría de Trubia. Manuel Fernández, tras acusar, eso sí, a Javier Fernández, a Agustín Iglesias Caunedo, a Gabino de Lorenzo y hasta al arzobispo de la diócesis de no haber hecho nada para salvar la fábrica de La Vega, tras haber prometido el oro y el moro, reconoce la derrota -¿Donde estabas Amador Fernández que no te veo?. Ah, como concejal en las trincheras de invierno-. A mi me parece valiente y sincera la actitud del actual presidente de dicho comité de empresa. Sus trabajadores son más pacíficos que los mineros y se limitaron a cortar la calle unos minutos dos o tres días y también a alguna tímida manifestación. El solar que ahora queda libre, es propiedad en principio del ministerio de Defensa, tiene 125.000 metros en el corazón de Oviedo. ¿A ver que hacemos con ellos?. Espero que no pase como con todo, esto es, que empiecen a pasar los meses y el solar se pudra convirtiéndose en un gigantesco solar de ratones que en parte ya lo es. Este solar y los 300.000 metros que en su momento quedarán libres en la zona alta de la ciudad, hoy ocupados por el viejo hospital general, residencia sanitaria, instituto de silicosis, plaza de toros y cuartel de la policía nacional, son los dos grandes retos a corto medio plazo que tiene la capital del Principado. ¿Lo conseguirá Agustín Iglesias Caunedo además de evitar la quiebra del Real Oviedo?.