Recuerdo que mi abuelo cuando era yo pequeño y me aguantaba los veranos en Brañes al leer el periódico, La Nueva España, por supuesto, siempre que veía algún follón financiero me decía ¨no te olvides que el dinero tiene patas” aludiendo a los cobardes que son los capitales cuando ven que el nido en que se encuentra empieza a no ser seguro y sus dirigentes aplican una mala gestión contagiando su nerviosismo a la sociedad doliente. Tal es el caso en estos momentos de España con un gobierno a la deriva y un presidente, Mariano Rajoy, al borde de un ataque de nervios.
El caso es que la derecha española no nos está sirviendo para mucho en estos siete meses al frente de la Administración central. Su brazo armado, el de la derecha, o sea, los bancos, también piden árnica y las autonomías están pasando del constipado a la neumonía comenzando por Valencia, Cataluña y Murcia, todas ellas también en manos conservadoras.
De momento Asturias, otra vez en manos de la izquierda oficial, el PSOE, parece librarse y hasta el Ejecutivo que preside Javier Fernández acepta sin mayor nerviosismo el recorte de 500 millones de euros que le marcó un cada día más histérico Cristóbal Montoro aunque sin detallar, eso sí, a los asturianos donde nos aplicará la tijera si bien su mano izquierda, la consejera de Hacienda Dolores Carcedo, apunta ciertas operaciones para el próximo año que, ya ven, como van tan bién las cosas en nuestra tierra no hay prisa en ejecutarlas.
Con la que está cayendo, que ni los más viejos del lugar recuerdan situación igual, Asturias es de las regiones de España con la autonomía mejor asentada. Hasta el conflicto minero, empujados en su momentos por nuestros vecinos de León, se está diluyendo como azucarillo en aguardiente. Menos mal que, por fin, al ministerio y a los sindicatos parece haberles dado un arrebato de sensatez y van a sentarse, por fin, a negociar sobre la base de un plan 2013/2018 con una posible solución para el ejercicio actual de aplicar nada mas se inicie el nuevo plan los 200 millones de euros que se recortan este año y que con los presupuestos aprobados se nos antoja la reducción de un 63 por ciento en concepto de subvenciones inamovible. Creo que hasta el cerebro gris del sector, el empresario Victorino Alonso, acepta la salida. Lástima del tiempo y las sinergias perdidas por el largo conflicto que ha repercutido muy negativamente en el bolsillo de los trabajadotres y en la imágen de Asturias.
Claro que hay cifras que se están enquistando en la realidad asturiana que nos preocupan y mucho. Somos la región de la Unión Europea con la población más envejecida y el menor índice de natalidad, con un paro cercano a los 100.000 ciudadanos y pocas posibilidades de combatirlo con eficacia por mucha buena disposición que demuestran, es verdad, la patronal, los sindicatos y la Administración autonómica. Nuestro paro juvenil se acerca al 50 por ciento y además me preocupa el riesgo de deslocalización que alguna de las multinacionales asentadas en nuestra tierra -siempre miro para Arcelor Mittal- pueda aplicar a sus factorías en el Principado poniendo pies en polvorosa.
Aprovecho el comentario para expresar mi pesar por el fallecimiento del profesor Gregorio Peces Barba. Veraneante fiel en Ribadesella desde hace más de 30 años, sus partidas de dominó con su buen amigo Segundo, el del Gran Hotel del Sella, tambien ya fallecido, y con Emilio Serrano eran tanto o más famosas que las que echaba Fraga Iribarne con los Fernández-Vega y Alvarez-Cascos en Casa Julián en Niserias. Algún verano que otro iba a verle a su residencia veraniega y nunca me negó unas declaraciones que, siendo yo por entonces corresponsal de Europa Press, solían tener cierta repercusión en la prensa nacional. Político de pura cepa y muy buena formación era un socialista ante el que había que quitarse el sombrero. Descanse en paz este padre de la Constitución