Entre tanta mierda/basura de noticias me acabo de enterar que el emblemático y santuario el "PUB el PARAGUES" ha vuelto abrir de nuevo. Todavía conservo el recorte de prensa anunciando su cierre y que con tanta tristeza recibí. Se abrió en el año 1.978 de la mano de Fernando Lorenzo, puedo presumir de ser uno de los primeros asiduos. Acababa de regresar de la "mili" y entre practicas de banca e informática, me dejaba querer por las noches en la calle San Isidoro, 22 en la mítica Plaza del Paraguas (cobijo de las lecheras que venían antaño a vender lo que da la vaca).
Lo que son las cosas, un año después alternaba mis estudios, en otro numero 22...en la calle Mon, en el Pub que antes se llamaba "Cambalache" y paso a llevar el de la calle y el numero del portal. Servía copas y después alternaba. Enfrente teníamos el Pub Biba -hoy, Diario de Roma- local dónde actuaba casi todas las veladas Jerónimo Granda, aún mantengo fresca en mi retina la escalera en forma de zapato de mujer.
Pero, volviendo al "Paragues" allí conocí otro personaje peculiar, el camarero Emilio, luego con el devenir de los años, paso a Milio el del Nido, congeniamos desde un principio, su esposa de mi concejo (Aller) del pueblo la miseria... Agüeria. Ahora, corriendo mucho en esto de contar, es en la actualidad un renombrado narrador de cuentos y escritor. Tengo por él dedicados sus libros: "Contáronmelo pa que lo contara" y "Qué quies si tengo oreyes".
En aquel singular rincón se daban cita lo mas "guay" de entonces, bohemios de raza, los Esteban, Alfonso Iglesias (hijo, del creador de Pinin), Ruiz de la Peña, Sofia la de Cabañaquinta, Gerardo Iglesias, el del PCE. Una de las primeras exposiciones que se hicieron sobre sus paredes de piedra desnudas, fue la del pintor Legazpi.
Aveces, se amontonaban las mesas y daban rienda suelta al baile. Otras, aparecían los "grises", y asomaban el "focicu": "todo va bien?"...y se marchaban. Siempre estuve de oyente. Y ahora, intento narrar a vuela pluma, retazos de aquel maravilloso tiempo. Luego, empecé hacer de cicerón, con mis amigos y los llevaba allí, como el que va a misa.
Para concluir, os diré que en mi primer viaje a Cuba (1.992) aún desconozco el motivo nos desviaron en mitad del Atlántico, hasta el Aeropuerto de Toronto (Canada), hicimos escala un par de horas. Iba conmigo, mi entrañable/querido amigo Berto, sale del WC y me espeta: "Entra y verás".
Como un borrego, le hago caso. El motivo evidente, una pegatina...del "Pub el Paragues" de Oviedo sobre el espejo del baño. Las veces que conté esta historia.
Hoy, querido lector me dejare ver y beber por mi querido parasol. De paso conocer a Inés y Jorge, los flamantes propietarios que han firmado por tres años, la explotación de la meca de los Pubs de Oviedo. Larga vida...