Cargando pilas

He vuelto un año más, mientras Mariano Rajoy no me lo impida, a su provincia, a Pontevedra, concretamente a Portonovo, excelente lugar, se lo aseguro, para cargar pilas con más de 30 grados de temperatura y unas aguas del Atlántico un poco frías para mi gusto. Menos residentes veraniegos, especialmente de Asturias, que otros años y como consecuencia numerosos pisos y apartamentos con el letrero de “Se alquila”. Aún no he tenido tiempo de comprobarlo pero, sin duda, los precios serán como siempre inferiores a los de nuestra comunidad.

Un tranquilo viaje por la carretera de la costa me permite comprobar un año más que, con crisis o sin ella, los tramos no terminados de la autovía del Cantábrico continúan eso, no terminados. ¿Que habrá sido de aquel mandato  imperioso que le hizo Gabino de Lorenzo al ingeniero jefe, ahora ya jubilado, Ignacio Arango en el acto de su toma de posesión?. Se refería al estado en que se encontraban los tramos no terminados de esta autovía. Pues como el pasado año, no hay actividad alguna en ellos. Ni obreros, ni maquinaria. A lo más, pasado Navia, quise atisbar algún camión volquete en la lontananza. En la parte gallega si hay un tramo nuevo en funcionamiento, no estaba inaugurado el pasado año, pero en los que aún quedan por terminar, también nula actividad.

Al paso que vamos nuestras infraestructuras entraran por su tardanza en el libro Guiness de los records. No se olviden que un automovilista puede ir desde el Principado hasta Moscú por autovías y autopìstas salvo el tramo Unquera/Llanes con el que en su momento, cuando era ministro de Fomento,  no pudo ni Francisco Alvarez-Cascos. Doy por sentado que la actual titular del ministerio de Fomento Ana Pastor tiene buena voluntad pero no tiene euros, que la bolsa la administran ahora en Bruselas, pero para Asturias, atacada por la crisis y por el gobierno de Mariano Rajoy, si no que se lo pregunten a los mineros, la situación es más que preocupante por ni hay embalse de Caleo, ni línea eléctrica Lada/Velilla, por más que se empeñe el consejero Graciano Torre,  ni regasificadora en El Musel, ni Ave con Madrid, pero si hay IVA, IBI y todo lo demás, y aumentando.

Siempre que vengo por el occidente de Asturias hago un alto en el camino para saludar en Casa Consuelo en Otur (Valdés) a sus propietarios, Alvaro y su hermano, unos iconos de la hostelería asturiana, que combinan como pocos su manejo de los fogones con una sensibilidad cultural que se traduce en la celebración de un concurso de pintura anual de gran prestigio. Lógico, les encuentro pesimistas, con un descenso importante de clientes como consecuencia del bajón del turismo en la zona. Como ocurre también en Oviedo las cenas se han perdido como fuente de ingresos y en Casa Consuelo se están planteando en cuanto pase el verano dar un cierto giro al negocio como la puesta en marcha de una parrilla, por ejemplo. Todo menos arrojar la toalla.

A todas nuestras angustias hay que añadir que por los meses perdidos por nuestros gobernantes Asturias con sus dimes y dirietes no ha habido en este ejercicio la más mínima promoción turística lo que unido al clima inestable que padecemos, y no me refiero solo a la metereología, hace que el nivel de ocupación, principalmente en casas rurales, se presente a estas alturas muy chungo. Vamos, que al paso que vamos esto no lo remedia ni el sobrino de la tía Nemesia.



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