El pasado fin de semana en una finca propiedad de la familia editora del semanario “Hola” se casó la ex de Francisco Alvarez-Cascos, Gema Ruíz, esta vez por la iglesia con un ejecutivo de Bankia, Juan Díaz, muy ligado también al Partido Popular. La nota asturiana estuvo en que el cura que les desposó fue el mierense padre Angel. El creador de “Mensajeros de la paz” sabe como pocos pastorear a la jet society en beneficio de los necesitados. Su labor en ayudar a la población doliente y abandonada de Haití, por ejemplo, es impresionante. Pocos premiados con el Príncipe de Asturias lo han merecido tanto como él. Siempre que lo ha necesitado le he apoyado modestamente desde mi atalaya asturiana. Precisamente mañana, miércoles, a las 19,00 horas, en el salón de té del Teatro Campoamor presentará el “Banco solidario Mensajeros de la paz”, una nueva iniciativa que busca la solidaridad de los pudientes para ayudar a los que no lo son. Haré, con mucho gusto, de maestro de ceremonias en lo que será, sin duda, un sencillo acto al que asistirán la consejera de Bienestar Social Esther Díaz, muy preocupada esta temporada por los recortes que la Administración central quiere hacer a la Ley de Dependencia y que en Asturias tiene tanta incidencia, y el alcalde de Oviedo Agustín Iglesias Caunedo acompañado por la concejala encargada de los temas sociales Belén Fernández.
Para el alcalde de Oviedo la jornada va a ser ajetreada porque a partir de las 10 de la mañana en el auditorio Príncipe Felipe y en primera convocatoria están citados los accionistas del Real Oviedo para celebrara la junta anual, muy retrasada, por cierto, y de la que debe salir una nueva etapa para el club quizás como último intento para salvarle de la desaparición dadas las deudas que arrastra principalmente con Hacienda, la Seguridad Social y con Manuel Lopera, el ex presidente del Betis, por aquel lío del traspaso de Oli, deuda que ronda los tres millones de euros, ahí es nada. Debo reconocer el esfuerzo que está realizando esta temporada la primera autoridad municipal de la capital pero el tema no está nada fácil con el presidente y accionista mayoritario, Alberto González, en busca y captura por la policía. Además, parte de sus acciones -un millón de euros- están pignorada por el Banco Pastor hoy integrado, creo, en el Popular.
Alrededor del club han aparecido los oportunistas de turno, Pina, Sobrino, etc., todos ofreciéndose como sanadores pero sin querer aportar un euro físico que es lo que necesita el Real Oviedo, grava y de la buena, que diría mi admirado y recordado Julio Alvarez “Don Mendo”. Además, en las circunstancias actuales al alcalde le resultará complicado aportar dinero de los ciudadanos al club cuando los recortes afectan, incluso, a perentorias necesidades sociales. Precisamente el jueves, al día siguiente de la asamblea, tomaré un café con el gran Lalo, aquel extraordinario jugador que tuvo el Real Oviedo, hoy residente en Granada y convertido en magnífico comentarista de televisión, y que en verano acude siempre a cargar pilas a su Luanco querido. Lalo cada poco me llama desde Andalucía para que le informe de cómo van las cosas en el club de sus amores y no se explica cómo en los últimos tiempos se ha podido gestionarlo tan mal. Cierto, no nos lo explicamos nadie. Si unas líneas antes elogiaba la dedicación del alcalde en busca de soluciones al problema, no debo de olvidarme tampoco de Hugo López y su equipo, los responsables de las Peñas Azules, que se están dejando la piel -lo del dinero sobrepasa sus posibilidades- para salvar al Real Oviedo. Su iniciativa de reunir las acciones de los minoritarios fue un gran acierto y están a muy pocas de arrebatarle la mayoría a Alberto González y compañía. Del que no se nada al respecto últimamente es del que fuera directivo del club en la época de Eugenio Prieto, el psicoesteta Ramiro Fernández, hoy en Madrid como invitado distinguido de Angel María Villar a la asamblea de la Real Federación Española de Fútbol. Tiene un montón de acciones del club carbayón pero tengo la impresión de que prefiere mantenerse al margen del lío y, por tanto, ni asistirá a la asamblea ni delegará sus títulos y eso que un buen amigo, el que fuera portero del Real Oviedo Mora, también ha aparecido en escena interesado en el hipotético negocio. Esperemos que una vez más ni a la afición ni a la ciudad nos metan un gol por la escuadra.