Bueño, doce años de jazz entre hórreos

El festival asturiano traerá el 6 de julio al músico cubano Ibrahim Ferrer junior

Surgido hace más de una década del impulso de dos amantes asturianos
del jazz, Bueño cumple los días 6 y 7 de julio su duodécima edición y
se consolida como un insólito referente de jazz rural en el verano
asturiano. Fue precisamente la proliferación de festivales de jazz en
pequeños pueblos y villas de Francia lo que inspiró a sus promotores a
tatar de importar el modelo a Bueño, una bella localidad asturiana
ubicada en el concejo de Ribera de Arriba, próxima a Oviedo. La
abundancia de hórreos en el pueblo suponía un aliciente más para un
certamen que desde el principio ha combinado el cosmopolitismo y la
universalidad del jazz, con el sabor rural, a verbena en la plaza del
pueblo.

 

Inicialmente asesorados por el promotor musical Fernando Posse, y con el
apoyo del Ayuntamiento y de varias empresas privadas, el festival
comenzó con una modesta jornada y dos conciertos, ampliándose pronto a
dos noches y cuatro músicos. Los artistas asturianos, y nuevos
talentos de la escena jazzística nacional e internacional, marcaron
los carteles de las primeras ediciones. El tiempo, gran inconveniente
en toda actividad hecha al aire libre en el Principado, ha respetado
milagrosamente hasta la fecha a un festival, del que sus responsables
aseguran que tiene talismán para cuestiones climatológicas.

 

En los últimos años la productora El Cohete Internacional ha tomado el
relevo en la organización de los conciertos, que ha traído entre otras
figuras al ex saxofonista de James Brown, Pee Wee Ellis, o al gran
Georgie Fame. La estrella invitada este año será Ibrahim Ferrer
Junior, hijo del carismático músico cubano. El acuerdo con el festival
de Getxo también ha supuesto un nuevo impulso a la internacionalización del certamen, y este año traerá  a los austriacos Piotr Pawlak Jazzet. Otra novedad es la creación de un concurso de jazz para promocionar nuevos valores, que este julio traerá a los vallisoletanos Stromboli. No está mal para una localidad de poco más
de un centenar de habitantes.



Dejar un comentario

captcha