Esta mañana Mariano Rajoy no dejaba de preguntar cada dos por tres a sus ayudantes antes de comenzar la reunión plenaria del PP en Sevilla: “¿Pero donde está Isidro?. Buscarlo y traérmelo a mi presencia”, pero el sobrino de la tía Nemesia, el senador Isidro Fernández Rozada, prefirió quedarse en Oviedo -no fue a Sevilla y no perderá la silla- antes que faltar al programa “Debate en 30 minutos” de la televisión autonómica en el que debía de participar con colegas tanto o más veteranos que él: el senador Vicente Alvarez Areces, la ex consejera Laura González y el ex secretario de UCD Antonio Checa. Entre los cuatro superan los 300 años e iban a debatir sobre los ajustes que Mariano Rajoy a través de Javier Fernández quiere aplicarnos a los asturianos además analizar el enquistado conflicto minero. Y es que a Isidro Fernández Rozada salir en la caja tonta le priva además de ser consciente que estos días no estamos por sevillanas si no que hay que defender el fuerte, que el PP asturiano lo tiene cada vez más dificil.
Con lo que no contaba ni la buena de María Palacios, siempre eficaz conductora del programa, ni la dirección de la TPA, era que se personara a las 16,30 horas, hora prevista para grabar el programa, en los estudios ubicados en Olloniego el senador de Foro Asturias Isidro Martínez Oblanca armando la de San Quintín porque no se había tenido al partido de Francisco Alvarez-Cascos en cuenta para dicho debate. Y lógicamente tenía razón. Además, los medios de comunicación públicos, y hasta los privados, suelen bajarse los pantalones cuando se trata de hacer frente a políticos con mando -en este caso, solo mandín- en plaza. Tras unas nerviosas carreras de los directivos, consultas, ¿A quien?, y reflexión, por vez primera el debate se hizo con cinco, no cuatro invitados. A todo esto en Madrid el estirao, como llaman al ministro de Industria José Manuel Soria, ya había dado calabazas, sin mover ni un alfil, primero al presidente del Principado Javier Fernández, quien de la pataleta que cogió pide ahora una entrevista con el mismísimo Mariano Rajoy en persona, y luego a los representantes sindicales de CCOO y UGT. O sea, no se toca ni una coma de lo ya puesto en el proyecto de presupuestos generales para este año. El que viene, ya veremos. En definitiva, que el sector se va al garete por mucho corte de carreteras que los mineros hagan.
Creo yo que no estaría de más que el líder de Foro Asturias Francisco Alvarez-Cascos, diputado del parlamento asturiano por más señas, acompañara al centenar de mineros que van camino de Madrid como un gesto solidario hacia este colectivo que tanto dice apoyar el ex vice presidente del gobierno de la nación. Por contra, de su cabeza sale una original iniciativa folklórica y asturchale, la de que los asturianos colguemos del balcón una bandera asturiana como protesta por la marginación que el gobierno central tiene con esta bendita tierra en su día freno del moro opresor. Pero claro, nuestro sentido nacionalista no es el de los catalanes ni el de los vascos; los asturianos tenemos espíritu nacional y universal por lo que, eso sí, llenamos las fachadas el fin de semana con la bandera de España en apoyo de “la roja”. Por cierto, si observé a través de Tele 5 al final del partido, cuando la celebración del rotundo triunfo sobre el césped, a Cesc Fábregas y a Puyol mostrando la copa con la señera catalana. Solo fueron unos segundos pero lo vi y, créanme, no venía a cuento. Por ejemplo, a Juanin Mata y a Cazorla ni se les pasó por la imaginación saludar a la afición envuelto en la bandera asturiana. Claro que a lo mejor desconocían la propuesta de Alvarez-Cascos.