El órdago de Rajoy

No es frecuente que un político español ocupe titulares en la prensa internacional. Lejanos están los tiempos en los que Adolfo Suárez repetía en prestigiosas portadas internacionales. Felipe Gonzalez y Aznar  tuvieron algunos asomos discretos en la prensa anglosajona y José Luis Rodriguez Zapatero prácticamente fue un desconocido. Mariano Rajoy ha tenido que esperar a lanzar un órdago, junto a Mario Monti, en la mesa de Bruselas para que los grandes rotativos le dediquen espacios llamativos.

Se podría pensar que  las apariciones de Mariano Rajoy son un reflejo psicológico inducido por los resultados futbolísticos y como adelanto de la próxima confrontación.

Cuentan que en altas horas de la madrugada del pasado viernes, el presidente de Finlandia se mostró especialmente agresivo con las propuestas de Rajoy, insistiendo en que antes de solicitar fondos para recapitalizar el sistema financiero, España debiera aplicar una drástica austeridad en el gasto nacional y que pagar primas y fichajes millonarios a futbolistas no era admisible si además se hacía con dinero prestado.

En los próximos días sabremos si fue Mariano Rajoy o Mario Monti a quién se debe la idea estratégica de condicionar la propuesta de los fondos de crecimiento, que la mayoría de la eurozona apoyaba, a que previamente se aprobasen medidas para que España e Italia pudiesen afrontar los ataques de los mercados y reconducir la marcha de la prima de riesgo..

El primer ministro italiano, que no es político sino catedrático, se ha despachado con explosivas declaraciones y además admira a Maquiavelo, con lo cual podríamos animarnos a considerarlo como protagonista principal, pero correríamos el riesgo de olvidar toda la “sabiduría” gallega que Mariano Rajoy aplica en su acción de gobierno y partido.

Anécdotas a un lado, es bueno celebrar este éxito de nuestro presidente de gobierno. Si los comentaristas internacionales no escatiman adjetivos laudatorios, resaltando que España impuso sus condiciones, sería incongruente hacer rebajas desde aquí. Cansados hasta el hastío de hablar de la crisis, no nos apercibimos de que la situación se aproximaba a la agonía. Poco antes de ir a Bruselas Mariano Rajoy se dirigió al Congreso, casi sin voz, con gesto abatido, afirmaba: “España no puede financiarse mucho tiempo con los tipos actuales”. La financiación sostenible había desaparecido de las últimas semanas y ya no hay entidades extranjeras que compren deuda doméstica. El primer semestre se salvó con el dinero del BCE y lo aprovechó el Tesoro, pero ahora “estamos en llanta” y la duda es cómo nos financiaremos.

Es posible que ahora los mercados se serenen, especialmente si el BCE empieza a comprar, pero es necesario que las soluciones de Bruselas entren rápidamente en funcionamiento.. Quizás con tantas emociones no somos capaces de entender el escenario que podríamos encontrarnos si por lo que sea, por ejemplo el rechazo último del gobierno alemán, no se ratificaban los acuerdos. Una pista: sería una prima de riesgo de 800 a 900 puntos, una Bolsa por debajo del 10 % y el anuncio de retrasos en las pagas a los funcionarios. Tampoco deberíamos, a cuenta de la austeridad, y de las “recomendaciones”, caer en experimentos similares al del campesino que enseñó al burro a no comer y cuando éste se acostumbró se murió.

Esperemos que el órdago de Mariano Rajoy tenga éxito.

jlpoyal@telecable.es



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