No se me amontonen, no, ni me se echen encima ( curiosas no abstenerse), que no digo que quiera que gane Italia, sino que pienso que que va a ser así. Verán, queridos lector@s. La prensa italiana destacaba esta mañana en sus ediciones digitales que Angela Merkel, la canciller alemana, estaba que fumaba en pipa (más propio de una holandesa, pero es que tiene cara de ello) con Mario Monti, el premier italiano, por su alianza con España en las duras negociaciones de la pasada noche. Monti, que salió de madrugada diciendo que "España puede estar satisfecha por lo conseguido", echó un cuarto a espadas crucial para tomar la posición de Merkel, y está claro que de alguna forma habrá que devolverle el favor. Y, hombre, aunque ahora no esté de moda, no esta de más que en la escena internacional mantengamos esa romántica imagen de agradecidos caballeros y gentilhombres.
Además, la selección italiana, como dicen algunos --yo no lo creo-- que el propio país, es muy ducha en el uso de todo tipo de artimañas, subterfugios, ardides, mañas, triquiñuelas, trapisondas, trapacerías, trucos y maldades, con lo que, pa mí, su juego va a ser más eficaz, no superior, sino eficaz. Así es que, lo dicho: pa mí, que va a ganar Italia.
Ojalá me equivoque. No me va a molestar ni un pelu.
Háganme el favor de ser felices.