En la historia de la humanidad siempre persiguió al hombre esta maldita palabra, la “esclavitud es una institución jurídica que conlleva a una situación personal por la cual un individuo esta bajo el dominio del otro, perdiendo la capacidad de disponer libremente de su propia persona y de sus bienes”.
Este sistema siempre estuvo vinculado a la consecución de utilizar mano de obra barata, con los cautivos de las guerras. En la época más oscura de la Europa moderna y en la dominación Nazi, se utilizo para producir a costes muy reducidos en las fabricas Alemanas, solo tenemos que ver lo que sucedió en las canteras de Mauthansen en la segunda guerra mundial.
Algunos investigadores como Lester Thurow sostiene que mientras la democracia es incompatible con la esclavitud el capitalismo no lo es, la esclavitud suele reaparecer en la misma proporción que avanza las formas autoritarias de gobierno, que es lo que estamos sufriendo en estos momentos.
Lester sostiene que:
Democracia y capitalismo parten de creencias muy diferentes sobre la adecuada distribución de poder. La primera se basa en la distribución equitativa del poder político “un hombre, un voto”, mientras que el capitalismo cree que es deber de los económicamente aptos expulsar a los no aptos fuera del negocio y eliminarlos. La supervivencia del más apto y las desigualdades en el poder de compra son la base de la eficiencia capitalista. Lo primero es el lucro personal y por tanto las empresas se hacen eficientes para enriquecerse. Para decirlo en su forma más cruda, el capitalismo es perfectamente compatible con la esclavitud, la democracia no.
Gobiernos sometidos a intereses no democráticos de las naciones, consiguen que sus pueblos se desangren de forma silenciosa, apoyándose únicamente en la democracia y en un voto emitido por el pueblo, el cual utilizan con totalitarismo inhumano. Los pueblos que siempre tuvieron en la mente las cuestiones invasoras y que no aprendieron absolutamente nada de su salvaje historia, siguen intentando dominar, pero esta vez no desde las armas si no desde los mercados, que son mafias disfrazadas de los que siempre tuvieron los poderes.
No volveremos la vista atrás más lejos del periodo enunciado, porque nuestra historia como nación también recoge temas muy oscuros en la colonización de las Américas, las cuales en nombre de un símbolo religioso masacramos a pueblos y personas, sin detenernos un solo instante, pero todos los pueblos no pueden borrar su pasado e igual que las personas no borran el suyo, pero deberíamos de aprender para que no volviera suceder.
El momento actual económico dirigido por el poder absoluto financiero, con una democracia cautiva por las deudas de nuestros sistemas políticos y partidos, nos trasladara a los tiempos tenebrosos, done si el rumbo no cambia y yo espero que cambie rápido, estaremos encima de un filo que puede cortar nuestras libertades personales, entrando en una esclavitud disfrazada y más dura que las anteriores.
Todos los derroches y las culpas de una mala gestión de nuestros dirigentes, nos las quieren trasladar a nuestros bolsillos, pero ellos no han tomado una sola medida restrictiva en sus gastos. El abuso que supone el poder de los estados en estos momentos, lo podríamos traducir a la definición aplicada por Lester Thurow , puede que tengamos que darle la razón.
Un estudio muy reciente, dice que podría haber en el mundo actual unos 32 millones de esclavos, pero si seguimos así tendremos que sumar todo Europa, también comenta que la corrupción elevada lleva a un incremento de la misma al desprotegerse al hombre se sus derechos fundamentales o al abandono de una justicia libre. La organización Christian Solidarity lleva desde 1995 comprando esclavos para liberarlos, pagando 50 dólares por cada uno, pero si seguimos por el camino que vamos no tendrán para pagar la libertad de tanta gente esclava.
La esclavitud: una intolerable injusticia que persiste en nuestros tiempos