Que susto, bien creí esta mañana que estábamos de nuevo en época electoral al ver las farolas céntricas de la capital con carteles, pero no, no se asusten, son carteles anunciando la llegada a nuestra ciudad del “Circo de la Alegría” de la familia Aragón, la rama artística de los Fernández-Vega, que se ofrecen unos días para el deleite infantil en los aledaños del nuevo Carlos Tartiere.
Que Asturias no está para alegrías es un hecho constatable y así espero que lo haga público el próximo jueves el presidente de la patronal Severino García Vigón en la asamblea general de FADE, hasta el momento incapaz de ofrecer soluciones a esta región pese a que maneja un catamarán de doble mando, FADE y la Cámara de Comercio de Asturias -Por cierto, ¿Para cuando ponemos en marcha la escuela de hostelería en Olloniego, ya construida pero cerrada a cal y canto?-. Javier Fernández, mientras un grupo de mineros se dejan los riñones subiendo el Pajares, que ni “El Tarangu” en sus mejores tiempos, suda la gota gorda para cuadrar las cuentas y entregar el documento definitivo con los casi 500 millones de euros de ahorro al ministro de Hacienda -¿No decía Cristóbal Montoro que no iba a dar prórroga alguna a las autonomías?-. El PSOE, atado por ciertas concesiones a UPyD para poder estar al timón de la piragua regional, accede a crear una comisión de investigación para el caso “Renedo” a partir de septiembre. A buenas horas, mangas verdes. Agua pasada no mueve molino y en todo caso esa turmix que es el juez Angel Sorando se encargará en su momento de poner a los futuros condenados en la celda.
Bajo por San Lázaro y me fijo en que la plazoleta que hay a media altura. Lleva el nombre del compositor Manolo Díaz, el hasta ahora presidente de la Fundación Niemeyer. ¿Que piedras habrá colocado este señor en la capital del Principado para merecerlo, aparte de vivir en Miami en olor musical de famosos?-. En todo caso como se apunta a un bombardeo aceptó presidir la Fundación Niemeyer, cargo del que ayer dimitió a favor de la consejera de Cultura Ana González, a la vez que dicha fundación -huidos Cajastur y el grupo Masaveu- presenta suspensión de pagos. ¿Cuando tocaremos fondo?. Con este ministro de Industria que tenemos los españoles, José Manuel Soria, la sima parece no tener fin. Menos mal que, por fin, la presidenta de HUNOSA María Teresa Mallada sale a través de una impersonal nota diciendo la verdad del barquero: El empleo y las prejubilaciones están garantizadas en esta empresa pública. Sigo creyendo que la mano que mece el conflicto minero es la del empresario leonés Victorino Alonso, buen amigo de José Luis Rodríguez Zapatero, del que el viernes, en el programa de la TPA “Debate en 30 minutos”, el ingeniero Carlos Abeledo dijo, sin cortarse, que había que quemarlo en la hoguera de San Juan.
Paso por delante de la fábrica de armas de La Vega y observo que ya no está la camparta solidaria contra el cierre de la misma en la fachada principal. Los americanos, además de tener a la CIA, no se andan en contemplaciones a la hora de combatir los conflictos. De momento se niegan a que ningún grupo político ni municipal visite sus instalaciones cuya mayor parte, a los que pasamos junto a la finca, nos parecen abandonadas y en ruina. Me sorprende que la izquierda apoye esta fábrica destinada a construir artilugios que sesgarán la vida de muchas personas, claro que, a buen seguro, a muchos kilómetros de Oviedo y, ya se sabe, la distancia diluye el dolor. Nuestros mineros ya están en León camino de Madrid. Tranquilos, no serán recibidos por Esperanza Aguirre. A lo mejor, cuando la presidenta venga de vacaciones a su finca de Muros del Nalón, tomaré entonces el té con una escogida comisión de los trabajadores afectados por el recorte presupuestario para nuestras minas. Y los amigos continúan preguntándome: ¿Es verdad que a Isidro Fernández Rozada y a Ovidio Sánchez les ha comido la lengua el gato?. Realmente no lo se. Lo más lógico es que se la haya grapado José Manuel Soria.
Mi espía XPXIII, preocupada como ésta, y estamos, ante la decadente situación regional, me comenta que desde hace unas fechas se encuentran internados en el Hospital General el famoso hostelero Pepe Velasco, durante años propietario del restaurante El Cantábrico, y el ex concejo de Cultura del gobierno del Principado Emilio Marcos Vallaure. Pues a recuperarse que aún hay mucha guerra que dar aunque se hayan cumplido, tal es el caso, los 70.