Es difícil sobreponerse al ruido mediático alentado por una tropa política que está alcanzando las más altas cotas de desprestigio, tanto por sus mutuas trifulcas y bajos niveles de gestión, como por la falta de sentido de servicio a la ciudadanía. Es desesperante contemplar la pérdida de tiempo en las controversias donde se imponen los eufemismos o se tergiversa la realidad, la pasada y la presente, con tal de aplastar al contrario, aunque suponga paralizar la acción del gobierno.
A los millones de desempleados, a todas las víctimas de esta trágica crisis, les trae sin cuidado si se ha producido o no un rescate de la economía española, si el comisario Almunia es un imprudente, e incluso si Grecia optará, a estas horas, por el euro o prefiere el dracma para lamerse, ella sola, sus heridas.
Quienes hacen cola en el Servicio de Empleo, en Cáritas, Cruz Roja y otras ONGs.,esa mayoría silenciosa y aquellos que desahogan en las redes la impotencia frente al sistema, parecen olvidados por los responsables, por los hombres de la política, porque no estamos en tiempo electoral.
Ahora mismo, desde distintos altavoces, se está diciendo que nos encontramos en un momento histórico tan grave como el vivido al final del franquismo, pero sin embargo los grupos políticos no, dan un paso adelante para concertar soluciones y ofrecer una sóla voz a la troika, al FMI, UE y BCE.
El país se encuentra en pleno desconcierto, en la incertidumbre diaria y sujeto a actuaciones desestabilizadoras tanto de origen interno como provenientes de fuera. Desde el exterior algunos nos quieren dar ya la extremaunción o condenarnos a situación vegetativa. Un dato: Jim Rogers, financiero norteamericano, ha dicho: “El rescate a la banca española es una locura, hay que dejar quebrar al país”. Los círculos de Wall Street se pronuncian por que salgamos por nuestra cuenta de la “espiral de la muerte”, ese círculo autodestructivo que provocan la recesión y la austeridad..
Lo recordaba J. Yturriaga:”los hombres de negro, los de EUROSTAT, operan sobre una economía virtual en la que juegan con números pero sin tener en cuenta que tras ellos hay seres humanos que sienten y padecen”. Se está echando de menos una clase política, española y en Europa, de mayor altura, porque falta la definición de objetivos. Con la premisa de que en estas circunstancias, es muy difícil para los miembros de la Eurozona salir de la crisis por los propios medios. El problema parece más político que económico porque los inversores dudan de la voluntad de los europeos de seguir juntos y de defender su moneda. Por si fuera poco, el cáncer griego ha hecho metástasis, el contagio ya está comprobado, amenazando medio siglo de construcción europea.
Dentro de unas horas se sabrá qué han decidido los griegos. En cualquier caso nada va a ser igual. Alemania continuará como pieza clave para salvar el euro, pero tendrá que revisar su sacralización del déficit, que si es imprescindible para crecer, no es un fin en sí mismo.
Sería bueno que la hoja de ruta que Rajoy reitera seguir, coincida con la formulada por la troika, que en todo caso estará más meditada que la de aquellos que proponen someter a referéndum el plan para acabar con la recesión.
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