Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez son, posiblemente, los «tránsfugas» más famosos de la historia democrática española. Tras las elecciones autonómicas en Madrid de mayo de 2003, una alianza entre el PSOE e IU iba a convertir en presidente autonómico al socialista Rafael Simancas, pero la deserción de los dos socialistas provocó unas nuevas elecciones en las que resultó elegida Esperanza Aguirre con mayoría absoluta. Investigaciones posteriores demostraron que fueron intereses espurios los que movieron a sendos personajes a abandonar el partido por el que habían alcanzado su acta de diputados autonómicos.
Esta anormalidad democrática también se produce en el ámbito municipal, de ahí que el Art.197 de la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General (LOREG) fuera modificado por la Ley Orgánica 2/2011, de 28 de enero, reforzando la mayoría necesaria a la hora de proponer una moción de censura para destituir al Alcalde, si alguno de los concejales proponentes formara o hubiera formado parte del grupo político municipal al que pertenece dicho Alcalde o si ha dejado de pertenecer, por cualquier causa, al grupo político municipal al que se adscribió al inicio de su mandato.
El «transfuguismo» es una anomalía que incide negativamente en el sistema democrático y representativo. Los «tránsfugas» no van a dejar de existir, pero con la reforma de la LOREG se pretende impedir que sus actuaciones modifiquen la voluntad popular y cambien gobiernos municipales.
Una de las acepciones de la palabra «tránsfuga» en el diccionario de la RAE es la de “persona que con un cargo público no abandona este al separarse del partido que lo presentó como candidato”. Si alguien es elegido concejal por un partido político, se separa o es separado del mismo y no abandona dicho cargo, se convierte en un «tránsfuga». Eso son los cuatro concejales «no adscritos» expulsados del PP que apoyan el gobierno de Foro en el Ayuntamiento de Siero. Y los intereses que les llevaron a apoyar la moción contra el alcalde socialista se encuentran meridianamente claros en las tablas de percepciones publicadas en la web municipal. Los ciudadanos, para nada.
