Decía Kurt Cobain que la música es el alimento del amor. Esa es la máxima que ha guiado a una artista de la cuenca minera del Caudal, Tina Gutiérrez, que venciendo dificultades e incomprensiones puso en marcha en el año 2005, junto con su marido Armando Ramírez, nacido en Cuba y doctorado en ingeniería nuclear en Moscú, la Fundación Cultural Don Pelayo, una iniciativa solidaria con los más mnecesitados: Desde niños que empiezan a dar sus primeros pasos por la vida a ancianos afectados por el mal del alzehimer, pasando por la prisión de Villabona donde reclusos se someten encantados a la terapia musical que Tina Gutiérrez y su equipo les ofrecen como medio para ayudar a superar el tiempo de sus condenas y mejorar su cultura.
La Fundación Don Pelayo cuenta con unos excelentes locales cedidos por el ayuntamiento de Oviedo en la calle Noreña, en la parte baja de la ciudad, donde está la escuela de música, laboratorios de sonido, archivo musical, etc. A lo largo del año cientos de personas participan en estos talleres musicales que Tina Gutiérrez realiza combinando el aprendizaje con el entretenimiento. Como suele ocurrir con este tipo de iniciativas a esta cantante nacida en Figaredo, de familia minera, la idea se le ocurrió cuando hace años visitaba a su padre, muy mayor y enfermo, cantándole al oido alguna de esas piezas asturianas que tan bien domina –“Campaninas de mi aldea”, por ejemplo-, observando como reaccionaba favorablemente a su interpretación, como si le aplicasen una inyección de adrenalina positiva al contacto con las canciones. Tina Gutiérrez y su marido Armando Ramírez comenzaron a dar vueltas a un proyecto que en el año 2005 se plasmó en una interesate realidad: La Fundación Pelayo que a la cantante mierense le permitió, además de continuar con sus conciertos y discos, entregarse a fondo en esta labor solidaria comenzando por aplicar la terapia musical en residencias de la tercera edad con resultado sorprendentes por la reacción tan positiva que se nota en los ancianos cuando son acunados por la música que Tina Gutiérrez y su equipo les ofrece.
La labor solidaria de Tina Gutiérrez no quedó ahí ya que además comenzó también la aplicación de estas técnicas musicales en niños e inició también inició otra interesante labor solidaria en la carcel de Villabona con presos y presas y resultados muy positivos. Precisamente el otro día tuve la oportunidad de ver una de las actuaciones de Tina Gutiérrez en el nuevo centro para mayores del ERA, situado en la glorieta de Cerdeño, sesión en la que participó también el catedrático de álgebra de la Universidad de Oviedo Santos González quien ha comenzado a colaborar con la Fundación Don Pelayo puesto que para personas de la tercera edad la aplicación de ciertos juegos matemáticos hace que se agilice la actividad cerebral de los ancianos. En esta sesión Tina Gutiérrez tuvo también la oportunidad de explicar lo que es y lo que hace la Fundación Don Pelayo al ejecutivo, hoy jubilado, German Lastra, en su día presidente de Du Pont España y artífice de que la citada multinacional se instalase en el valle de Tamón –eran los tiempos de Pedro de Silva como presidente del Principado-, quien quedó gratamente sorprendido por esta labor solidaria.
La Fundación Don Pelayo está presidida por el empresario Tomás Casado Martínez quien, la verdad, se vuelca en la misma, siendo vicepresidente el doctor Javier González Tuñón y secretario el notario José Antonio Caicoya Cores. Figuran como patronos de honor el actor Arturo Fernández, el editor musical Manolo Díaz y el productor de televisión José Velasco.
No es fácil, desde luego, en los tiempos que corren, mantener viva una fundación de estas características. Los organismos oficiales y no oficiales están recortando las ayudas y subvenciones a veces hasta límites ridículos. Digo esto porque se acaba de dar el caso de la fundación de una importante caja de ahorros –no la de Asturias- que para los cursos en Villabona venía subvencionando a la Fundación Don Pelayo del orden de los 30.000 euros anuales y ahora acaban de recibir una comunicación de que la subvención que le dan para este año es de 4,80 euros –sí, 4,80 euros, han leído bien- lo que, dicho sea con todos los respetos, me parece un chiste de mal gusto.
Tina Gutiérrez y su equipo confían en la nueva administración del Principado para que la actividad de la fundación no se paralice por falta de medios. Las relaciones con las instituciones son buenas pero éstas, como es público y notorio, no pasan por su mejor momento económico.
Además de la labor solidaria que les comento la cantante de Figaredo mantiene viva y my activa la orquesta Europea Big Bang, heredera de aquel otro grupo que tantos éxitos cosechó en nuestra comunidad, Cubanacan, con trece músicos que llevan el ritmo por todos los concejos y colaboran también solidariamente con la Fundación Don Pelayo. A esa orquesta pertenece como uno de sus cantantes, el joven Steven Alvarez Bragado, quien no solo trabaja como arquitecto técnico que es si no que los fines de semana práctica en el sector de la hostelería como camarero. Nada hay peor para un joven emprendedor que arrugarse en estos tiempos tan dificiles que no está tocando vivir.