Manolo Preciado, eternamente agradecidos...

Se nos fue el bueno de Manolo Preciado, las redes sociales están saturadas sobre tu inesperada partida. He puesto el titulo en plural porque hablo en nombre de tantos sportinguistas que no tienen esta pantalla de cristal para plasmar su sentir. Soy un previligiado. Contaran, hablaran sobre tu noble persona todos los que han tenido o han leído sobre ti.
 
Manolo, permiteme que cuente nuestro primer encuentro. Ocurrió terminado el partido entre el Valencia y el Sporting (2-2) año 2009 en el Hotel The Westin de Valencia, el partido concluyo sobre las once de la noche del domingo (canal plus) y sobre la una, después de cenar te acercas al piano-bar del hotel. Sobre la pequeña barra me encontraba tomando una "mahou", le dices al camarero: un whisky.
 
- Manolo, qué partido perdimos - te, comento-
- Calla, mira que les dije... si nos adelantamos, ganamos seguro.
- Ya, pero, empatamos en el último minuto (gol de Gregory)
- Entrene al Levante -me dice- y aquí la afición es muy exigente. Mira, que hoy el Valencia va de líder...y ya le pitan.
 
Luego, me comenta que al descanso estaba rebotado por la auto-expulsión de Michel, los lloros de Miguel de las Cuevas ya que no entendía el cambio táctico antes del descanso (Mister, le dijo de las Cuevas, esta toda mi familia). Doy fé, ya que entre el barullo despues del partido en el Hotel saque una foto con el centrocampista y le dije a un señor, me sacas un foto... y me responde no te la voy sacar con mi hijo. Risas...
 
Sobre la barra del piano-bar, le doy a M.Preciado un décimo para el sorteo de Navidad del 15608 (15 de junio 2008) fecha del ascenso. Saca de su cartera 50 euros para pagarlo. Rechazo de plano y me dice: "lo de la barra mio".
 
Le enseño la contrapartida de "La Voz de Asturias" sobre un reportaje sobre el tema del décimo. Y le propongo, sacar una foto con el articulo, prueba de ello, es la foto que acompaña a este sentido tributo. De regreso al mostrador, casi lo asaltan los jugadores, unos venían vestidos con el pantalón del traje de calle y la camiseta blanca, otros con el chandal, ...
 
- Mister, -recuerdo, que le dice Diego Castro- que hacemos?
- Ya lo dije antes, a vuestra bola...
 
Me sorprendió la reacción de los jugadores, empezaron a chocar las palmas de las manos, unos contra otros. Parecian y en el fondo son chiquillos. Los moviles -de ellos- demandando taxis, supongo que la noche sería larga.
 
En esto, Manolo, le dice al camarero, miras mucho al reloj. Es que, a la 1,30 no se sirve mas. Pues, faltan 10 minutos...pon lo mismo. Nos reímos y le digo: "si, llegamos a ganar..."
 
Luego, nos volvimos a ver en Barcelona unos meses después. Me estoy saliendo ya del guión y la verdad que decir que era campechano, cercano, socarrón y como decimos por estos lares..."ye, un paisano" es sumarme a lo que circula por las redes sociales. Era todo eso y mucho mas.
 
Manolo, eternamente agradecido, por devolvernos (no solo a la máxima categoría del fútbol) sino que atraves de ti, hemos recuperado la ilusión y la pasión por estos colores que se estaban quemando -nunca, mejor dicho- en el infierno de la segunda división. Ya se que ahora, volvemos a estar otra vez en el pozo, te imploro que allá dónde estés nos vuelvas a sacar.
 
De mi corazón, nunca te irás, así que no te digo adiós.



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