La seguridad en el trabajo es fundamental y hay sectores en los que todo lo que se invierta en ese capítulo nunca es suficiente, caso de la minería, el metal y la construcción, por citar. Por ejemplo, es preocupante que en las partidas recortadas por el gobierno de Mariano Rajoy para la minería el capítulo de seguridad haya quedado en cero, eliminándose los doce millones de euros que estaban inicialmente previstos. Otro tema se ha producido estos días en el sector siderometalúrgico y es que después de 50 años la Comisión de Seguridad Siderometalúrgica ha echado definitivamente el telón. Fue creada hace medio siglo por empresas importantes del sector y su sede estaba en Avilés habiendo sido Aureo Fernández Avila su primer presidente, a quien luego siguió Joaquín Gómez, Victoriano García de la Cruz y finalmente Carlos Sánchez Prieto. La CSM, cono se la conocía, llegó a representar más de 200.000 trabajadores y con su labor e investigaciones sobre la siniestrabilidad laboral logró bajar de manera significativa los índices de frecuencia y gravedad. Por el buen funcionamiento de esta comisión apostaron empresas como Altos Hornos de Vizcaya, Nueva Montaña Quijano, Duro Felguera, ENSIDESA, Fábrica de Mieres… La CSM editaba una magnífica revista sobre seguridad laboral cuyo último número fue publicado en el pasado diciembre. En los últimos 45 años fue dirigida por el periodista y abogado José Luis Poyal, durante años director de comunicación de ENSIDESA. Es una pena que esta comisión desaparezca. Era, sin duda, uno de los iconos de la industria siderúrgica además estar ubicada en Asturias. Ahora se ha echado el candado a la misma al dejar las empresas de aportar a su sostenibilidad y existir también, todo hay que reconocerlo, nuevos cauces laborales, técnicos y formativos sobre seguridad. Pero ahí queda esa colección de revistas con magníficos artículos y estudios a cargo de expertos en el tema, de carácter nacional e internacional, que siempre servirán como orientación a los presentes y futuros técnicos en materia de seguridad laboral.
Me alegra saber que el nuevo presidente del Principado Javier Fernández ha repescado para su gabinete a la encargada de protocolo de Presidencia que tenía Vicente Alvarez Areces y que fue cesada por Francisco Alvarez-Cascos. Me refiero a Flor Melón experta donde las haya en colocar a los importantes en su sitio en los actos oficiales. La vi el otro día en la inauguración de la Feria de Muestras de Mieres atendiendo con la eficacia que le caracteriza a su nuevo jefe. También me alegro por mi colega el comunicador mierense Marcelino Vázquez que había quedado en el paro al cesar Antonio Trevín como delegado del Gobierno en el Principado, del que era jefe de prensa. Le ha fichado para lo mismo el nuevo consejero de Presidencia Guillermo Martínez. Ya se sabe lo que pasa con los cargos de confianza. Cuando el gobierno cambia de signo político unos salen y otros entran. Por ejemplo, Francisco Alvarez-Cascos fichó a unos cuantos periodistas de El Comercio que ahora, supongo, deberán retornar al citado rotativo -Prieto, Enguita, etc.- mientras que Javier Fernández y sus consejeros echan manos de otros. Algunos, me consta, son de la recientemente desaparecida La Voz de Asturias, lo que me parece bien. Saber comunicar en estos difíciles momentos que toca vivir a las distintas Administraciones es algo fundamental. Si no que se lo pregunten al desorientado Mariano Rajoy.