Llegamos a 78 horas de la apertura de los colegios electorales con parte de nuestra juventud doliente soliviantada, concentrándose en las plazas de las principales ciudades de España, incluida Oviedo. Los indignados -¿Y quien no lo está tal como van las cosas en nuestro país?- comenzaron hace unos días su protesta, convocados no se sabe muy bien por quien a través de internet bajo el lema “Democracia real ya” cual si de una convocatoria para un botellón se tratase. Indignados o no critican a los políticos y piden subvertir nuestro sistema democrático. A mi esto me parece muy peligroso además de a estas alturas no chuparme el dedo. Así comenzaron las manifestaciones en los países áerabes y ya ven lo que está pasando en ellos, que no arranca una solución democrática ni con calzador.

Está claro que la protesta en España a sorprendido a nuestros dirigentes, en el poder y en la oposición, con el pie cambiado, y que en un país con cinco millones de parados cualquier día se podía esperar la aparición de protestas descontroladas, pero en el caso actual tengo la impresión de que detrás de las mismas hay una mano que mece la cuna de los indignados. ¿Cual es?. Lo mismo que ocurre en Africa siempre comento medio en broma medio en serio que la larga mano es la de la CIA norteamericana. Nunca me tragué que los árabes se decidieran por si solos a plantar cara a sus dirigentes dictadores y sátrapas. Como colofón a las pseudo revueltas en aquellos países Barack Obama acaba de concederles millones de dólares, vamos, que el petróleo de sus yacimientos queda atado y bien atado, pero en Libia Gadafi continúa en el poder.

Volviendo a lo nuestro ha sido la izquierda, lógico, IU y PSOE, la que ha reaccionado colocándose a favor de los indignados. La cuestión es ¿Que aptitud van a adoptar estos grupos después de la jornada electoral del domingo?. Fácil es prender la mecha pero luego nos surge por ahí un “Cojo manteca” cualquiera y la arma. Tengo la impresión que los dirigentes socialistas creen que les viene bien estas protestas. Lo pongo en duda. Cuando de una manera anárquica se empieza a poner en solfa a las instituciones y al mismo sistema democrático del que por fortuna -es lo menos malo- disfrutamos desde hace más de treinta años tras cuarenta de dictadura -que no lo olviden los indignados-, un paso hacia el caos social puede ser más pequeño de lo que se piensa. Quien debe saber de verdad sobre lo que se esconde detrás de todo esto es el ministro de Interior y vicepresidente Alfredo Rubalcaba. Ya lo romanos metían a espías entre los esclavos para conocer sus intenciones revolucionarias. Si, lo se, Rubalcaba conoce la mano que mece la cuna. Espero que no sea la suya.