Mientras los Rato, Aguirre y Camps llevan al país a la ruina y Rajoy se niega a que la iglesia pague el Ibi, el descuartizamiento de la escuela pública prosigue concienzudamente articulado. Los colegios rurales se cierran y el transporte gratuito se elimina en infantil y bachillerato, así que si eres joven, vives en un pueblo y quieres estudiar, como Herodes, te matan todas las posibilidades salvo que tus padres tengan pelas o estén ociosos para llevarte y traerte al centro más próximo. O sea, si eres de pueblo, primaria y ESO. Y a trabajar, colega.
ESO en la que habrá 36 alumnos por clase, 40 en bachiller y aumentando, oiga, que ha dicho el Wertia del ministro que hacinaditos menos calefacción hace falta y se aprende bárbaramente. De bárbaro, barbaridad, claro.
Por supuesto, la pública, que no la concertada pese a estar subvencionada, tendrá entre esos 40 niños y niñas, acnés, inmigrantes recién llegados que no saben el idioma, síndromes varios, problemas de afasia, dislexia, ceguera, movilidad... sin contar los despistados, los macarrillas, los colectivos enriquecedores, los provenientes de familias desestructuradas, etc, etc.
Pero eso sí, ya no tendrá profesores de apoyo, ni desdobles, ni aulas de disruptivos, ni extrescolares ni cristo que lo fundó. Y las ayudas a libros de texto, libros gratuitos, ordenadores en el aula, tecnologías, laboratorios, olvídate. Lo que haiga, oiga, y cuando se estropee a tomar pol frasco, carrasco.
Los interinos que no hayan caído este año se van a la calle el que viene, a medida que las horas de los fijos aumenten ya saben lo que sigue. Lo que usted no sabe es que en un centro cualquiera, el de su hijo o hija, por ejemplo, son la mitad de la plantilla. Así que con profes amargados, recortados, multiplicados, el de latín sustituyendo al de física y el cura al de matemáticas, ya verá la calidad de la enseñanza como aumenta.
Eso sin contar la humillación pública y vejación continua a que están sometidos los y las docentes por personajes como la Espe y la Cospe, que si no metieran tanto miedo serían carne de guiñol. Dejando aparte que el Muface tiene menor número de bajas que la Seguridad Social. Digan lo que digan las que hablan por hablar. Pero que daño hacen. Y más que harán, que así nos quieren: analfabetos, pobres y parados, sin capacidad de crítica ni de diálogo, adocenados, aborregados, burros de solemnidad. Así cuela mejor la que están armando. Por mucho que digan “la que está cayendo”, aquí no cae nada que no tiren ellos. A pedradas.