Acaba de nacer un nuevo día, a penas son unos segundos pero ya hay un nuevo
dígito en el reloj, se ha ido una hoja del calendario y mañana, al portero
le daremos unos "buenos días" distintos a la jornada de ayer.
La vida, nuestra existencia la rige/marca un alba y una puesta del sol. A
pesar de que sabemos que todo es efímero, no hacemos nada por alisar las
cosas. Me atrevo - a decir - que todo lo contrario. Huimos, hasta de
nosotros.
Observo, todas las mañanas, el mismo comportamiento. Me subo al bus, a esas
tempranas horas, los asientos muestran su orfandad. Se va subiendo la gente
y que hacen? Sentarse, en los asientos mas cercanos a como los encuentran.
No, buscan/mos, aquellos que están libre la pareja. Es decir, si hay un
humano... pasan. Y se van hasta el fondo. En busca de "no" vecinos.
Al principio, creía que eran jóvenes o gente "rara" pero, aveces veo gente
mayor y hasta con báculo que lo mas cómodo para ellos, es sentarse cuando
primero mejor, pues erre que erre, hasta que no hayan un sitio dónde estén
libres de otras posaderas que no sean las propias... na de na. Quizás,
evitan/mos hablar con el del al lado.
Me refiero, a una capital tipo Oviedo, otras urbes con miles de usuarios,
no hay seguro tanto remilgo. Pero, es curioso el fenómeno. Y ya, si el
"bus" esta repleto, lo de la educación a gusto del usuario. Dejar/ceder el
asiento a una embarazada, abuelete o con alguna disminución motriz, mutis
por el foro.
En la viña del señor, hay de todo. Como decía, el grupo Mecano..."hoy, no
me puedo levantar..." Mañana, en solidaridad, no me siento. Más, que nada
por que me deben un día y no "curro". Bromas a parte, un poco de cordura y
sensatez.
No voy de predicador...y menos de "profe" para dar lecciones. Antes había un
libro que trataba de urbanidad.
Lo dejo aquí que pierdo...el bus.